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El fútbol sin goles del Vélez de Domínguez sigue mancillando la rica historia fortinera
Con el empate en cero de ayer por la noche en su visita a Lanús, el equipo de Liniers acumula siete partidos sin victorias y sigue sin conquistar goles en el torneo, un hecho inédito en el fútbol sudamericano para un campeón vigente. Lejos de dar un paso al costado y descomprimir la situación, Sebastián Domínguez insiste en continuar como DT. La dirigencia, por su parte, no se expresó al respecto.
Ya van siete fechas desde el inicio de la Liga y el campeón del fútbol argentino aún no sabe lo que es gritar un gol. Con el empate en cero de ayer por la noche ante Lanús en la Fortaleza, Vélez acumula cinco derrotas y apenas dos empates, con once goles en contra y ninguno a favor. No sólo es el peor equipo de certamen, sino que quebró un récord histórico: siendo campeón lleva 769 minutos sin anotar. El último gol fue el de Damián Fernández contra Huracán, con el que el Fortín selló el título de la Liga. Desde entonces, la sequía es absoluta (incluyendo el 0-3 ante Estudiantes, por la final del Trofeo de Campeones).
Pero más allá de lo elocuente de las cifras, la realidad de este Vélez se palpa en la cancha, con un equipo desordenado, que no sabe a qué juega, con una defensa endeble a la que le llegan media docena de veces por partido, un mediocampo que no genera juego y un ataque digno de un soltero contra casados que ni siquiera se atreve a patear al arco. Así las cosas, el empate de ayer fue mérito exclusivo de Tomás Marchiori, que esta vez respondió como lo hizo en el torneo pasado y ahogó en tres oportunidades, con estiradas clave, las conquistas del local.
Figura indiscutible del Vélez campeón del Tigre Gareca, Sebastián Domínguez no parece contar con las herramientas ni las ideas necesarias como para sacar al equipo del profundo pozo en el que se encuentra. Ni siquiera, se muestra como el indicado para torcer el estado anímico que muestra el equipo, que pide a gritos un motivador que le devuelva la garra del campeón.
Está claro que las salidas de Claudio Aquino y de Valentín Gómez (¿volverá a Liniers en estos días tras su frustrado pase a Italia?) más la lesión de Thiago Fernández, quebraron la columna vertebral del campeón. Pero ¿Qué pasó con el resto? ¿Habrá sido un espejismo lo del año pasado? ¿El hincha deberá acostumbrarse a un Vélez perdedor que se arrastra por la cancha? La respuesta es no. Y la lógica lo refrenda. Tras la fortuita salida de Gustavo Quinteros -el artífice del equipo campeón- el sentido común indicaba que era necesario poner en su reemplazo a un DT con los pergaminos necesarios como para ocupar el cargo, y no a alguien con escasa -y negativa- experiencia, como el actual entrenador. Sin embargo, el sentido común no es el más común de los sentidos, y los resultados están a la vista.
Hoy, aunque Domínguez insista en continuar y la dirigencia opte por no despedirlo para evitar indemnizarlo, el futuro del actual DT pende de un hilo. Y aunque la Comisión no se exprese al respecto, trascendió un contacto que los directivos del Vélez habrían tenido con el exlateral fortinero, Ariel Broggi, actual DT de Banfield. Otro entrenador novato, que no parece dar la talla para revertir este presente, y mucho menos para evitar papelones en el inminente inicio de la Copa Libertadores, el sueño de los hinchas fortineros.
Con esos profundos nubarrones en el horizonte, el derrotero del campeón vigente indica que este miércoles desde las 19:15 deberá verse las caras con Midland -equipo de la Primera B Metropolitana- en la cancha de Platense, por la primera ronda de la Copa Argentina. Posteriormente, el domingo 2 de marzo en el mismo horario, recibirá a Huracán en el Amalfitani, por la 8ª fecha del torneo. Ojalá que, para entonces, el sentido común ocupe su sitial de privilegio y el cielo linierense se encuentre algo más despejado.