Teatro Luisa Vehil: No es mi despedida
A fines de diciembre, el Teatro Luisa Vehil cerró las puertas de su sede ubicada en Hipólito Yrigoyen 3133, lindera a Plaza Miserere. Lo que parece un hasta siempre, sepultando el proyecto iniciado en 1988 por la actriz Luisa D´ Amico, en realidad es un hasta luego, ya que la asociación civil que en las últimas dos décadas gestionó la sala está comprometida a seguir activa, a producir más obras y a buscar otro espacio de trabajo.
“Lucharemos por un espacio nuevo que brinde lo que daba el Vehil”, aseguró el actor, director y educador Rubén Hernández Miranda, titular de la asociación civil que dirigió el teatro tras la muerte de D´ Amico, ocurrida en 2007.
Los herederos de la teatrista desde ese entonces reclamaban el inmueble de la calle Yrigoyen o una suma de dinero equivalente. Por eso se constituyó la asociación civil, que además de programar la sala y organizar talleres, emprendió distintas campañas para juntar fondos.
En el medio, hubo reconocimientos a la labor del Vehil. En 2014 la Legislatura porteña lo declaró de Interés Cultural, en base a un proyecto de la entonces legisladora Susana Rinaldi. La placa conmemorativa se fijó cuatro años más tarde con una jornada al aire libre.
El teatro siempre estuvo cerca de la comunidad de Balvanera y fue epicentro de reuniones de distintas entidades sociales, como el Consejo Consultivo Comunal 3 (Balvanera y San Cristóbal), que se sumó a las campañas para proteger la sala.
El teatro además fue el espacio de formación de varias camadas de actores y dramaturgos. En muchos casos se fomentó mediante becas y otras ayudas. La concurrencia era transversal y había tanto jóvenes y niños como adultos y personas de la tercera edad. En palabras de Hernández Miranda, era un espacio de pertenencia, por eso la importancia de mantener vivo al teatro, más allá de la pérdida de la locación.
Por eso el dramaturgo habla de “tomar esta crisis como un crecimiento y un cambio profundo, pero continuar con la labor teatral”.
En estos años, la comunidad del Vehil emprendió una gran cantidad de campañas y colectas. Vendieron entradas anticipadas, ofrecieron pases y descuentos. Incluso en 2018 habían promovido un proyecto de Ley, luego tomado por algunos legisladores, para que el Gobierno porteño expropiara la sala, algo que no prosperó.
“El objetivo era que el teatro se comprara y quedara para la comunidad y nos sobreviva, como pasó tras el deceso de Luisa D´ Amico. Uno se angustia porque lo ideal era hacer la compra y decir «lo logramos». No pudimos lograr el objetivo de juntar el dinero y entregamos la llave”, lamentó Hernández Miranda.
Pese a ello, el dramaturgo señala que en breve habrá una asamblea de la asociación civil y se trazará la hoja de ruta del 2025 y el camino para el renacimiento del Vehil. “No nos debemos desesperar, tenemos que focalizar en lo que necesitamos”, finalizó.
J.M.C.