El perro sigue siendo la mascota más habitual entre los vecinos
Así lo expresan los resultados de la última encuesta digital de Cosas de Barrio
De acuerdo con la opinión de la gente que durante el último mes participó de la encuesta digital que Cosas de Barrio realizó en su sitio de Internet (www.cosasdebarrioweb.com.ar), el 38 por ciento de los votantes aseguró que convive con un perro; otro 34% expresó que un gato es la mascota del hogar; un 20% señaló que no tiene mascotas; el 5% cliqueó en la opción “otras”; el 2% dijo tener pájaros; mientras que apenas el 1% restante posee peces (ver gráfico).
En total, en esta nueva edición de la encuesta digital realizada vía Internet por este medio, participaron un total de 1.898 vecinos.
Los resultados de este muestreo parecen corresponderse con las cifras que ofrece el Gobierno porteño en su Encuesta Anual de Hogares. En el reporte se indica que, hasta el año pasado había 490 mil perros y 368 mil gatos en las viviendas de la ciudad. Por lo tanto, si se distribuyen los números en función de la población, se estima que hay 16 perros y 12 gatos por cada 100 personas. Por otra parte, ese informe rescata un dato positivo: el aumento de adopciones y rescate de animales de la calle para la tenencia hogareña.
Yendo ya a las cifras que ofrece la encuesta de Cosas de Barrio -de la que en su mayoría participan vecinos de la Comuna 9- se desprende que dos de cada diez vecinos no tienen ninguna mascota en su hogar. No obstante, como contrapartida, también están aquellos que conviven con más de un animal.
Oscar Wilde solía decir que, si se pasa tiempo con los animales, uno corre el riesgo de volverse mejor persona. Como sea, son varios los especialistas que coinciden en destacar los beneficios que una mascota hogareña produce en los integrantes del hogar.
Diversos estudios demuestran que los animales pueden actuar como amortiguadores de estrés entre los niños, pueden relajar la angustia relacionada con distintas experiencias, reducir la percepción del dolor físico y emocional; además de que un perro podría promover estilos de vida más saludables y activos, reduciendo la exposición a las pantallas. “Cuando en una investigación reciente les preguntamos, tanto los niños como los padres describieron a las mascotas como miembros de la familia y los pequeños por lo general se refieren a ellos como a sus mejores amigos”, confirma el Dr. Jorge Romero.
Por su parte, María Fernanda Rivas, licenciada en psicología y psicoanalista, destaca que “la interacción con las mascotas puede generar en los adultos sanas ‘regresiones’ temporarias (vueltas atrás en la fantasía, a la etapa de la infancia, rescatando momentos gratificantes de la historia)”. Y agrega “el contacto con animales de compañía suele tener un efecto calmante. Despierta afectos como la ternura –que son curativos en sí mismos– y sensaciones táctiles y olfativas que evocan vivencias primarias relacionadas con el ‘apego’. Son depositarios –y beneficiarios– de las necesidades de contacto, caricias y abrazos que se exacerban actualmente en la población como efecto de la distancia social que comenzó a imponerse desde la pandemia”. Además, señaló que se genera en torno a las mascotas un clima de juego que contribuye a distenderse y hacer a un lado la realidad externa que, por momentos, puede resultar angustiante.
Por otra parte, para los adultos mayores, un fuerte vínculo entre mascotas y dueños se ha asociado con niveles más bajos de soledad y aislamiento social.
Más lejos en la encuesta, con el 5% de adhesión de los votantes, aparece la opción “otros”, donde podrían estar incluidas mascotas poco convencionales (conejos, cobayos, hamsters, etc.) y, en ocasiones, algunas no domesticables (lagartos, serpientes y hasta aves exóticas).
El muestreo lo finalizan los pájaros -cuyo encierro en jaula se parece mucho a un anacronismo- y los peces que, en varios hogares se asemejan a cuadros en movimiento, nadando en peceras iluminadas que poco tienen que ver con su hábitat natural.