De Gardel a Perú y las Malvinas: más arte en el Pasaje Zelaya
Varios muros del Pasaje Zelaya de la zona del Abasto lucen en renovación de la mano de intervenciones artísticas que homenajean la figura del inmortal cantor y vecino Carlos Gardel, a la vez que se rinde homenaje a la cultura del Perú, junto a una dedicatoria a las Islas Malvinas.
El año pasado, el Gobierno porteño, a través del discontinuado programa Abasto Barrio Cultural, había colocado “techos lumínicos” en las esquinas del pasaje, entre Agüero y Jean Jaurés, con el objetivo de mejorar el paisaje urbano.
Ahora, vecinos, artistas y trabajadores de la zona empezaron a embellecer algunas de las paredes de este emblemático pasaje del Abasto.
En la esquina de Zelaya y Agüero hay un estacionamiento de autos que desde hace tiempo tenía sus paredes llenas de distintas capas de grafitis y pegatinas en estado de deterioro. Ahora, empieza a lucir distintos motivos ligados a la iconografía y cultura popular del Perú, incluido un reconocimiento a las Islas Malvinas en la ochava.
La propuesta nació de la mano del grupo de residentes Orgullo Peruano en el marco de “Perú, qué buena pinta”. Se trata de un evento que se iba a celebrar el domingo 3 de noviembre sobre Zelaya y Agüero con música y gastronomía para celebrar la cultura peruana.
Es una iniciativa enmarcada en el Corredor Peruano del Abasto, un proyecto social y cultural impulsado hace más de una década por vecinos e instituciones locales. En 2014 autoridades porteñas y comunales inauguraron una placa en homenaje al corredor en la esquina de Agüero y Humahuaca.
Entre los artistas convocados está el grupo Estampas Peruanas, con sede en la zona de Once y declarado de Interés Cultural de la CABA el año pasado. También se iban a presentar Silvana Moreno, Daniel Ataupilco y Francisco Cama y su Cañete Negro, entre otros.
El artista peruano José García fue uno de los convocados y se encargó de realizar el cóndor y el yaguareté de la ochava y la pintura con el seleccionado de fútbol del Perú sobre Zelaya. También el homenaje a las islas argentinas con la leyenda: “Para el Perú, las Malvinas siempre argentinas”.
José nació en Perú hace tres décadas y se dedicó al grafiti, el tatuaje y la actuación desde adolescente. Hace ocho años pinta murales en forma profesional para comercios y casas particulares. Además, reside en la Ciudad de Buenos Aires desde hace dos años: “Me han recibido muy bien y esta es una gran oportunidad de mostrar mi arte”.
“Me convocaron de Orgullo Peruano junto a otros artistas para los murales, que se hacen en el marco del festejo sobre Zelaya”, dijo el artista en diálogo con Revista El Abasto. “Se juntó dinero y cada persona que hacía su aporte sugería un motivo para cada sector del muro”, destacó. Por eso la variedad de los homenajes que incluyen el camino del Machu Pichu y otros paisajes locales.
“El festejo es el primer domingo de noviembre, pero los murales quedan para siempre, para el barrio y su gente”, celebró José.
El artista empezó a trabajar a mediados de octubre y durante las semanas en que realizó las obras recibió el cariño y la buena onda de los vecinos y trabajadores de la zona: “La gente te invita a comer, se pone contenta, ve que una pared que estaba en mal estado cobra una vida nueva. Es algo positivo para todos”.
Al otro extremo del Pasaje Zelaya, en la esquina con Jean Jaurés, también hay novedades. En nuestra edición gráfica de abril informábamos que El Zorzal Esquina Cultural, un espacio de reciente apertura dedicado especialmente al tango, había presentado un proyecto a través de Mecenazgo del Ministerio de Cultura porteño para restaurar los murales sobre Carlos Gardel hechos por Marino Santa María.
La novedad es que el espacio artístico logró obtener los fondos necesarios mediante este mecanismo oficial y que está encaminado el proyecto para renovar dichas piezas de arte, las cuales están en diálogo con otros tantos murales de Santa María ubicados en los alrededores, como el portón y la medianera de Anchorena y Zelaya.
En la persiana ubicada en la esquina de Zelaya y Jean Jaurés hay un Gardel de tres cuartos perfil pintado con acrílicos. Al cierre de esta edición, había empezado el proceso para reparar sectores dañados.
Hay que recordar que en este inmueble durante muchos años funcionó el Centro Argentino de Teatro Ciego. En una reforma se colocó una especie de falsa pared sobre la ochava con el fin de mantener la oscuridad plena en una sala de planta baja y garantizar así la negrura total durante las funciones en las que los sonidos y aromas eran los únicos protagonistas.
La gente de El Zorzal retiró la falsa pared y volvió a habilitar la persiana durante las reformas previas a su apertura. Hoy es el ingreso principal a este espacio artístico.
En el mismo inmueble, sobre Zelaya, Marino Santa María también había colocado una pieza de Gardel hecha con mosaicos. Si bien no está dañada, los mosaicos de alrededor fueron pintados en el marco de otra intervención artística.
El objetivo de El Zorzal es unificar criterios y que las paredes de la esquina luzcan renovadas y en armonía pictórica.
Con estas dos intervenciones, parte del Pasaje Zelaya renueva su esplendor e invita a caminar por una de las zonas más coloridas y tranquilas del Abasto.
J.M.C.