Los vecinos de Colegiales contra el calentamiento global y la defensa de su estilo de vida
Se oponen a la construcción de tres nuevas torres en el predio del ex Carrefour
Comenzó como un rumor que rápidamente cobró fuerza entre los residentes del barrio de Colegiales. Algunos lo negaban, otros no podían creerlo, y una minoría estaba convencida de que en ese lugar se gestaba un nuevo desarrollo inmobiliario. Lo que jamás imaginaron es que este proyecto iba a infringir ampliamente toda la normativa vigente.
El 22 de marzo de 2023, el hipermercado Carrefour, situado en la esquina de Avenida Elcano y Enrique Martínez, cerró sus puertas de forma definitiva. La compañía de origen francés justificó el cierre argumentando que la sucursal no estaba generando los resultados esperados. El cierre fue inesperado. En esa misma esquina, hasta 2001, operó un hipermercado Norte, y nadie imaginó que la historia se repetiría 22 años después. En pocos meses, el abandono, la suciedad y la negligencia se apoderaron de esa área, ignorada por el gobierno de la ciudad pero muy codiciada por los desarrolladores inmobiliarios.
Solo habían pasado siete meses desde el cierre del supermercado cuando, en octubre de ese mismo año, los rumores sobre el futuro de esa esquina dejaron de ser meras especulaciones. El cierre había sido resultado de un acuerdo entre particulares, y en ese terreno se planificaba construir varias torres de edificios.
“Los desarrolladores presentaron un proyecto para anular las normativas vigentes y modificar la altura máxima permitida en esta zona, que actualmente es de 14,60 metros, es decir, planta baja y tres pisos, para que una nueva normativa les permita construir tres torres de hasta 30,80 metros, lo que equivale a una torre de 12 pisos”, explica el arquitecto Daniel Giglio, referente del Espacio Colegiales Participa y Decide.
Dadas las características del barrio de Colegiales, una zona predominantemente de casas bajas, solo se permite la construcción de edificios de hasta cuatro pisos. Sin embargo, las ampliaciones propuestas por la empresa privada permitirán levantar torres que triplican la cantidad de pisos permitidos por la ley. Especialistas advierten que estas nuevas construcciones podrían generar problemas ambientales y afectar la infraestructura urbana del barrio.
La obra, autorizada por esta dirección bajo la jurisdicción de la Subsecretaría de Gestión Urbana, actualmente dirigida por Alfonso Crotto, se considera viable “desde el punto de vista urbanístico y patrimonial, mediante la aplicación del artículo 10.4 del Plan para Parcelas Mayores de 2500 m2, para el inmueble”, según indica el documento.
En respuesta a esta situación, cientos de vecinos y vecinas de Colegiales están llevando a cabo diversas acciones y jornadas de protesta para detener este nuevo avance inmobiliario. “Queremos que se modifique el código urbanístico y estamos dispuestos a seguir luchando para que estas situaciones no ocurran, no solo en Colegiales, sino en ningún barrio de casas bajas de la ciudad”, concluye Giglio.
En junio del año pasado, los vecinos y vecinas de Colegiales llevaron a cabo un amplio operativo en el barrio, acompañados por expertos y profesionales de la construcción, para analizar el avance de las nuevas edificaciones, la demolición de casas y viviendas antiguas, así como la ocupación del espacio público por parte de los locales gastronómicos.
El relevamiento comenzó en el área delimitada por las calles Lacroze, Álvarez Thomás, Elcano y Cramer. En tan solo 70 manzanas se identificaron más de 40 obras nuevas, 18 lotes en venta o ya vendidos, más de 50 locales gastronómicos instalados y alrededor de 6 lotes que en ese momento estaban en proceso de demolición.
Al estudio realizado por expertos, vecinos y diversas agrupaciones se suman las grandes construcciones que están pendientes o algunas recientemente finalizadas, como la del Playón de Colegiales, que añadió 80 mil metros cuadrados de superficie edificable. Además, Colegiales enfrenta otro megaproyecto inmobiliario, conocido como el proyecto del Dorrego, que ya está aprobado y agregaría 65 mil metros cuadrados más de edificación.