El ocio, el principal recorte de los porteños
Así lo expresan los resultados de la última encuesta digital de Cosas de Barrio
De acuerdo con la opinión de la gente que durante el último mes participó de la encuesta digital que Cosas de Barrio realizó en su sitio de Internet (www.cosasdebarrioweb.com.ar), el 29 por ciento de los votantes aseguró que la opción de entretenimiento a la que acude más seguido es a “ninguna”; otro 21% dijo asistir a espectáculos deportivos; un 20% aseguró ir a comer afuera; el 16% dijo asistir al teatro; otro 9% expresó ir al cine; mientras que el 5% restante manifestó acudir a recitales (ver gráfico).
En total, en esta nueva edición de la encuesta digital realizada vía Internet por este medio, participaron un total de 1.827 vecinos.
La consigna era clara: nos propusimos saber a qué opciones de entretenimiento apuestan los vecinos en épocas donde el mantra del “no hay plata” instaurado por el presidente y sus políticas recesivas de ajuste, obligan a racionalizar los recursos. Más aún aquellos que apuntan a sostener gastos considerados “no prioritarios” en la convulsionada economía familiar. El resultado fue contundente: casi tres de cada diez de los participantes de esta encuesta aseguraron que ya no realizan actividades de entretenimiento que le demanden una erogación de dinero. En otras palabras, que no destinan ingresos al ocio y el tiempo libre.
No menos llamativa es la opción que se ubicó en segundo lugar -con la preferencia de dos de cada diez participantes- en las respuestas de los votantes: la asistencia a espectáculos deportivos. En este punto se sobreentiende que prevalece la concurrencia a partidos de fútbol, y allí radica la singularidad, ya que la mayoría de los hinchas que asiste a ver a su equipo a una cancha, lo hace en su condición de socio, por lo que no debe abonar el valor de la entrada. Entonces, una vez más, el aspecto económico se muestra como esencial y preponderante.
Recién en el tercer lugar aparece la salida que desde hace años se muestra como un elemento distintivo de la clase media porteña: ir a comer afuera. Sin embargo, ese hábito tan arraigado a la idiosincrasia de los vecinos también parece haber mermado. Quienes hasta hace algún tiempo solían asistir a pizzerías, bodegones o restaurantes cada fin de semana, ahora optan por espaciar la salida en dos veces al mes, o tal vez una. Incluso están aquellos que la han eliminado por completo y optaron por el delivery. Es que para una familia tipo, salir de casa para ir a comer implica un costo muy elevado, que atenta contra toda una serie de gastos de primera necesidad que la economía familiar no puede darse el lujo de evitar ni postergar.
En el siguiente lugar en la grilla de preferencias recreativas de los vecinos, aparece el teatro. Una propuesta artística que desde siempre tuvo su público en la cartelera de espectáculos porteña, pero que en la particular geografía de la Comuna 9 parece haberse relanzado gracias a las diversas -y accesibles- propuestas de calidad que ofrece el recuperado cine teatro El Plata, en Mataderos. La secuencia de obras atractivas y cerca de casa, volvió a posicionar al teatro como una opción para los vecinos.
Tal es así, incluso, que el teatro se ubicó por encima de la salida al cine, cuyas salas -a excepción del shopping de Liniers o algún ciclo esporádico que se ofrezca en El Plata- se encuentran más alejadas del tejido barrial. Por otra parte, salvo que se aproveche alguna promoción bancaria o de una empresa de servicios, el valor de la entrada dista mucho de ser simbólico, más aún si se opta por salas con tecnología 3 o 4D, cuyos precios son lisa y llanamente, prohibitivos.
Por último, la encuesta la cierran los recitales, una inversión cuya adhesión supone el pago en varias cuotas con tarjetas bancarias, y la consiguiente restricción de otros gastos, que permitan ese “gustito”, casi tan esporádico como efímero.
Tal vez, entonces, el crecimiento de abonados a Netflix comience a explicarse en esta encuesta.