La casa más antigua de Liniers yace entre el olvido y los rumores de usurpación
El triste presente de “Villa Emma”, la histórica casona de Lisandro de la Torre al 100.
En Lisandro de la Torre 156 se ubica desde hace décadas una reliquia misteriosa y exclusiva: Villa Emma. Su antigua estructura ladrillera permanece incólume desde comienzos del siglo XX y es considerada la vivienda más antigua que aún sigue en pie en el barrio de Liniers. Sin embargo, desde hace algunos años su distinguida figura permanece oculta detrás de chapas oscuras que le impiden lucir aquella hidalguía centenaria, hoy opacada por el paso del tiempo, el descuido y el misterio.
La casa comenzó siendo propiedad de Paride Nicoletti, el primer jefe de la joven Estación Liniers del Ferrocarril del Oeste, actual Sarmiento. “Por entonces, las personas que solían trabajar en estos lugares eran inmigrantes europeos. En este caso, el dueño de Villa Emma era italiano y era costumbre de la época comprar más de un lote de tierra luego de mucho sacrificio. Claro que en aquellos años el barrio era un conglomerado de quintas”, explicó la profesora Nelly Pareja, titular de la Junta de Estudios Históricos de Liniers. “En el garaje de la casa se encontraba otra vivienda que era de otra familia, y las dueñas eran empleadas del ferrocarril. Actualmente, hay problemas con las escrituras de la propiedad”, precisó luego.
Y en paralelo con esa desprolija secuencia de papeles y herederos que refiere la historiadora, el mito popular comenzó a ser rumor, más aún tras conocerse la trágica historia que rodea a Villa Emma. Nicoletti fue asesinado en la puerta de aquella casa, su propia casa, cuando aún Liniers se dibujaba en calles de tierra. El asesino fue un empleado que previamente había robado material de la estación y había sido denunciado por Nicoletti, lo que generó su despido inmediato. La venganza llegó entonces a modo de un certero disparo.
Basándose en este hecho, se desencadenaron una gran variedad de leyendas urbanas en torno a la casa. Algunos vecinos afirmaban que solían escucharse voces, risas, y que hasta habían visto pasearse por el jardín una sombra negra vestida con sombrero y sobretodo. Esta historia vistió a la casa con un velo de intriga, que invitaba a saber más.
En una mañana fría y soleada de junio, algunos vecinos linderos se expresaron sobre el tema. Muchos se refirieron con cierto temor y dijeron desconocer mayores detalles. Algunos, incluso, aseguraron no saber qué era Villa Emma, y razón no les faltaba, porque desde hace algún tiempo su nombre ya no se lee en lo alto del frente de la galería. Otros se negaron a responder. Pero el testimonio de la empelada de un comercio vecino -que por seguridad pidió mantener su nombre en reserva- superó a aquella historia paranormal, demostrando que muchas veces la realidad supera a la ficción. “Villa Emma actualmente es una casa tomada, está habitada de manera ilegal por personas que no son sus dueños”, expresó. Y luego agregó “los que más sabían sobre esta casa ya fallecieron, pero cuando me mudé acá pude presenciar cómo sacaron a tiros a los herederos naturales para usurparla. Intervino la policía”.
Junto a ella, una clienta del local asintió con la cabeza y se atrevió a sumar su testimonio.
“Villa Emma no es la única vivienda usurpada, te diría que es una característica del barrio de Liniers. Te digo más, la gente que usurpa manda a sus hijos a colegios privados de la zona”.
Era necesario entonces ir a las fuentes. Había que hablar con sus habitantes. Ya en la puerta de la vieja casona hubo que golpear la chapa que recubre las rejas, porque el timbre no existe. Las chapas vibraron una y otra vez, pero nadie salió. Por un intersticio de la puerta, el jardín interior y la galería no indicaban la presencia de moradores. Apenas un rosal en flor daba indicios de cierto cuidado.
Los planos originales muestran que la casa se yergue en un lote de 730 metros cuadrados y está compuesta por cuatro habitaciones, una cocina con una antigua bodega, un baño, un parque lineal y una carpintería en el fondo. En total son 245 metros cuadrados edificados en un solo nivel. Aunque por su antigüedad está protegida por el Gobierno porteño como valor patrimonial, la casa más antigua del barrio de Liniers ya no luce el esplendor de su centenario pasado, sino que oculta sus vergüenzas detrás de una oscura chapa de metal.