Vínculos, sufrimiento emocional y sus repercusiones
En el espacio de la cotidianeidad familiar aparecen diferencias, asperezas, celos, malentendidos y situaciones graves, a veces, que provocan gran malestar psicológico y hasta manifestaciones corporales.
En casos de conflicto intenso y sostenido pueden desencadenarse momentos insoportables, que hacen estallar las estructuras de personalidad más frágiles y vulnerables; tanto en actos de violencia física o verbal, como en retracciones de la personalidad.
El sufrimiento emocional desorganiza, altera funciones psíquicas como el pensamiento, la percepción, la imaginación, estableciendo una dificultad notoria para amar, trabajar y crear y tener un buen rendimiento en lo que se haga.
Un duelo, una enfermedad grave, un accidente, la desocupación laboral de los padres, son motivos suficientes para que se desplieguen intensas emociones que dificultan el tránsito normal de comunicación entre los miembros, y sin que ocurra nada de esto, puede haber crisis internas que impactan fuertemente sobre los miembros de la familia.
Los padres, desde su posición asimétrica, tienen la ardua tarea de enseñar, educar, y hasta frustrar a los hijos y sobre todo predicar la comunicación. No pueden, evitarles frustraciones o dolor ante desilusiones que existen en la vida, pero si es posible apuntalar a los hijos en esas situaciones y lograr que hagan un aprendizaje que ayude a construir su interioridad, haciéndose cargo de sí mismo y quedando enriquecido con la experiencia.
Es importante que en la pareja conyugal exista un código común y no haya desautorizaciones, cuando no existe este código y los hijos se ligan con alguno de sus padres en contra u ocultando situaciones al otro, las secuelas perturbadoras se verán a poco de andar en el mundo relacional del hijo. Es preciso que las crisis familiares no se extiendan hasta hacer estragos en uno o todos los integrantes, es necesario atenderlas y poner en juego un abordaje terapéutico que ofrezca acompañamiento y contención en momentos de mucha inquietud, dando ciertas indicaciones y realizando ciertas acciones que permitan abrir nuevos caminos y perspectivas en este grupo familiar.
Graciela Surace – Psicóloga
Más de 30 años de experiencia – Malestar anímico, falta de intereses – Trastorno de ansiedad, depresión
4503-2527 / 15-60081961