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La señal del cuerpo cuando lo sentimos inflamados

La señal del cuerpo cuando lo sentimos inflamados

El cuerpo humano en su magnífica configuración tiene mecanismos que avisan cuando sus sistemas y funciones se encuentran alterados biológicamente, por esa razón es muy importante saber escuchar las señales de nuestro cuerpo.

Seguramente más de una vez hemos sentido malestares físicos, cuando ingerimos alimentos que carecen de nutrientes, exceso de azucares, bebidas endulzantes o con alcohol, y si se vuelven cotidianos esos desequilibrios alimenticios se pueden llegar a vivenciar reacciones del cuerpo como vómitos, diarreas, un abdomen inflamado, dolor o diferentes sensaciones que alertan que nuestro organismo está necesitando atención.

Lo más urgente es tomar la decisión de incorporar nuevos hábitos que puedan producir un ambiente biológicamente equilibrado y sintonizar con la energía vital que todo lo sostiene. Encontrar profesionales que puedan guiar y enseñar sobre los alimentos que nutren el cuerpo así como también es importante realizar actividades que despejen la mente. Activar los nuevos paradigmas que permiten seguir evolucionando como seres humanos, despertando la sabiduría esencial que eleva nuestra conciencia y manifiesta salud.

En la historia de nuestro planeta azul tuvimos y tenemos miles de almas dedicadas al estudio de la compleja estructura del cuerpo humano, gracias a sus investigaciones fuimos recibiendo información que nos ayudan a entender nuestro interno mundo celular.

Al respecto podemos destacar a Hipócrates que hace unos dos mil quinientos años decía algo así: “Si alguien desea una buena salud, primero debe preguntarse si está listo para eliminar las razones de su enfermedad. Solo entonces es posible ayudarlo.”

Podemos también destacar entre los recientes a Jean Seignalet, dedicado a la salud del intestino, “La alimentación, la tercera medicina” en el que expone las bases de una dieta sana y curativa, su teoría global relaciona gran parte de las enfermedades autoinmunes con la alimentación moderna.

En las últimas décadas la mayoría de los profesionales dedicados a restablecer el equilibrio sistémico del cuerpo pudieron observar y comentar las diferentes afecciones que presentaban sus pacientes en su mayoría evidenciaba un desequilibrio nutricional. Entendiendo que las nuevas formas de fabricar alimentos con diversos componentes químicos alteran el origen natural de los nutrientes y no facilitan a los sistemas orgánicos a transformar y depurar dichos químicos, obligándolos adaptarse. Hay evidencias que a medida que pasan los años el organismo empieza a decaer y la mayoría de los pacientes presentan alguna enfermedad “autoinmune”, aunque en línea general su origen suele ser por la toxicidad o contaminación de los sistemas biológicos que son los que producen el desequilibrio de los mecanismos vitales.

 

Reflexionar y prevenir enfermedades

Si recordamos a nuestras abuelas y bisabuelas, ellas preparaban las comidas siempre con vegetales y frutas de estación, los horarios de ingestas estaban relacionados a la luz del día, y en el atardecer se cenaba con sopas o alimentos que ayudaban a la digestión. Si algún integrante de la familia se sentía indispuesto era muy normal hacer ayunos para limpiar el organismo.

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En relación a esto me viene en mente una cita de Nestor Palmetti de una nota titulada “Es el ambiente, hermano”. Dice así: “El ayuno era la panacea terapéutica de las antiguas escuelas higienistas para lograr la limpieza del cuerpo y del alma. Se practicaba el reposo, físico y mental.”

Volviendo a mi memoria, recuerdo como la familia ocupaba un lugar muy importante principalmente en lo que se trasmitía de una generación a otra. Los médicos y equipos dedicados a la salud de esas épocas siempre abogaban por el cuidado preventivo y solo se recurría a medicamentos en situaciones extremas para resolver las urgencias.

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Existía el médico de cabecera, una persona dedicada a conocer en profundidad las diferentes afecciones que se suscitaban en el grupo familiar y los procesos que llevaban a resolver los desequilibrios orgánicos. La comunidad elegía al profesional por su dedicación y experiencias, una profesión con un gran servicio de amor y compromiso por esa razón eran tan respetados en la sociedad.

En todos los tiempos existieron personas virtuosas que promovían el cuidado de los alimentos. En estos tiempos a viva voz diferentes sectores de la población mundial están compartiendo información sobre los procesos inflamatorios que manifiesta el cuerpo dando una extensa lista de lo que lo causa. Millones de personas están tomando conciencia gracias a esos profesionales de la salud que siguen investigando y dando una guía práctica. Conociendo cómo funciona nuestro organismo, cuidando de lo que ingerimos, y respetando la energía vital, hacen mucho hincapié en la limpieza de los órganos y como evacuar las toxinas. Recordándonos que el cuerpo tiene naturalmente un sistema de auto-curación.