Liniers en la vía: ni soterramiento ni viaducto
Al cierre de esta edición, el área de Participación Ciudadana del Gobierno porteño convocó a los vecinos a una reunión informativa en la que se brindarían detalles sobre el proyecto de un paso bajo nivel sobre la calle Irigoyen, entre Bacacay y Rivadavia, en Villa Luro. La iniciativa -conocida como “sapito”- viene por un lado a intentar resolver la congestión de tránsito vehicular que generan a diario las vías del Sarmiento, pero por otro lado no hace más que dejar en claro que desde Villa Luro hacia el oeste, las vías continuarán permaneciendo a nivel, para seguir partiendo al barrio de Liniers en dos mitades. sin solucionar el histórico problema de conexión norte-sur.
Como se sabe, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, descartó de plano la eventual continuidad del soterramiento -cuya obra avanzó desde el oeste hasta detenerse definitivamente y sin previo aviso a la altura de los Talleres Ferroviarios de Liniers- para proyectar en su lugar un viaducto que eleve las vías del Sarmiento hasta Caballito, y permitir de esa forma la conexión entre el norte y el sur de la Ciudad, que desde hace más de un siglo dividen como una puñalada las vías del ferrocarril Sarmiento. Sin embargo, lo que el jefe de Gobierno jamás se atrevió a aclarar, fue que el proyecto del viaducto no alcanzará a Liniers, barrio que continuará relegado, a merced del sometimiento de las vías.
“Es que no hay chances de extenderlo a Liniers. Es imposible hacer un viaducto con la autopista en el medio”, sostienen fuentes cercanas al jefe de Gobierno, y razón no les falta. Sin embargo, con ese argumento le ponen punto final al tema y evitan responder otras preguntas, tales como ¿Por qué no se aprovecha el tramo ya construido del soterramiento para el sector de Liniers y su continuidad hacia el oeste del conurbano? ¿No pueden convivir el viaducto y el soterramiento, con un viaducto que descienda en Floresta, pase por debajo de la autopista y desde allí continúe soterrado hacia el oeste? ¿O es que resulta más simple discriminar a los vecinos de Liniers a la hora de proyectar obras vitales para la comunidad local?
Para solapar las respuestas a estos interrogantes, el Gobierno porteño proyecta los denominados “sapitos” -a todas luces, una alternativa mucho más económica que cualquier otra obra de ingeniería- que apenas permiten una eventual solución al tránsito vehicular, pero que, además de mantener al barrio partido por las vías, descartan de plano la vieja iniciativa del denominado “Corredor verde del oeste”, que planteaba utilizar el espacio que hoy ocupan las vías con terrenos públicos capaces de potenciar el tejido social y comunitario en la zona.
El proyecto del sapito de la calle Irigoyen consiste en la construcción de un túnel de dos carriles de doble sentido bajo nivel de las vías del Ferrocarril Sarmiento para el tránsito de vehículos livianos y autotransporte público de pasajeros, que irá desde Cesar Díaz hasta Rivadavia. En el informe realizado por la Agencia de Protección Ambiental (APA) se indica además que la obra está a cargo de Autopistas Urbanas s.a. (AUSA) y que se iniciaría a fines del presente año para ser inaugurada en diciembre del año próximo. No obstante, en el sitio web de AUSA aún no aparece el llamado a licitación de la obra. Sí se observa un informe de la APA en el que advierte sobre el impacto que la obra tendrá en la arboleda de la zona y en la pérdida de lugares para estacionar.
Una obra similar -también de doble mano- está proyectada para el actual cruce de Barragán, pero recién se iniciaría en 2026. Para la barrera de Cuzco, no obstante, el panorama se presenta más complejo, ya que allí pasa por debajo de las vías un canal aliviador que trae agua desde José León Suárez. En su lugar, se baraja la posibilidad de otro “sapito” en Reservistas Argentinos y Lisandro de la Torre.
Por de pronto, el viaducto comenzaría a la altura de la calle Carrasco, en Floresta. A partir de allí, los vecinos dejarán de vivir en un barrio partido por las vías. Otros, sin embargo, tendrán que seguir esperando.
Lic. Ricardo Daniel Nicolini