Barracas: vecinos, usuarios y trabajadores del CeSAC 35 se organizan en defensa del acceso a la salud
El CeSAC número 35 tuvo que cerrar sus puertas por una semana debido a una serie de incidentes que incluyeron robos en la farmacia, hurto de equipos de aire acondicionado y daños al sistema de agua, lo cual afectó seriamente la calidad de atención al público. Aunque la decisión de cerrar fue tomada por la dirección del centro, el personal decidió unirse a los residentes del vecindario y a organizaciones sociales para buscar soluciones colectivas a este problema que impacta a toda la comunidad.
El 24 de mayo se llevó a cabo la primera reunión con la participación de alrededor de 70 personas, incluyendo trabajadores de los CeSAC 35, 8 y 30, así como organizaciones sociales. Durante la reunión se discutieron los problemas que afectan tanto a los trabajadores como a los usuarios del centro, así como a otras instituciones del barrio como escuelas y guarderías. Se elaboró un conjunto de demandas que incluían aumento de la seguridad, instalación de cámaras, creación de un espacio interministerial para discutir y resolver problemas de seguridad en colaboración con la comunidad y organizaciones sociales. También se redactó un petitorio que se distribuyó en el vecindario para presionar al gobierno local.
El lunes 27, funcionarios del gobierno se comprometieron a abordar las demandas presentadas durante la reunión. Ante la falta de respuesta del gobierno municipal el martes 28, la asamblea decidió organizar una manifestación en la sede del gobierno local el miércoles 29 para hacer oír sus reclamos. Sin embargo, la manifestación no se llevó a cabo después de que se prometiera progreso en las obras de seguridad y aumento del personal de vigilancia en el centro de salud.
A pesar de la reapertura del centro, la organización continuó su trabajo el viernes 29, decidiendo llevar el petitorio a la sede del gobierno municipal ya que aún no se había concretado la creación del espacio interministerial para abordar los problemas del barrio en su totalidad.
La escasez de personal, la presión sobre los profesionales de la salud, la falta de suministros y el aumento de la carga en el sistema de salud pública han llevado a que los usuarios tengan que hacer largas filas durante la madrugada para obtener atención médica o medicamentos, dejándolos vulnerables a robos y violencia. El incremento de la pobreza debido a las políticas de ajuste del gobierno local agrava esta situación.
Se reconoce que la presencia policial en el barrio a menudo se utiliza para reprimir a quienes protestan y perseguir a organizaciones sociales que intentan ayudar a las familias necesitadas. Por ello, es crucial que los residentes y los trabajadores se organicen juntos para abordar los problemas más urgentes del barrio, incluido el acceso a la salud, y trabajar en la construcción de una comunidad que se oponga a las políticas de ajuste. Este es el camino a seguir.