Los Talleres Ferroviarios de Liniers, el origen olvidado
El recuerdo del histórico predio que hoy permanece arrumbado al costado de las vías del Sarmiento.
Por Daniel Aresse Tomadoni (*)
Hace unos días, a poco de arribar en tren a mi querida estación Liniers, me causó una pena enorme ver el estado en el que se encuentra todo el complejo ferroviario de los históricos talleres del Ferrocarril Sarmiento y recordé sus épocas de esplendor, cuando ese enorme predio que le dio origen al barrio vivía a un ritmo febril reparando las formaciones de trenes eléctricos desde las primeras décadas del siglo
pasado.
La construcción en tiempo récord de esos mega talleres finalizó en 1904, cuando el entonces Ferrocarril Oeste debió trasladar sus galpones de la localidad de Tolosa, La Plata, a Liniers, para desarrollar allí el mantenimiento de las máquinas a vapor y, posteriormente, con la llegada de la electrificación, se los asignó al mantenimiento de esas unidades, de origen inglés.
Pero regresando a mi recuerdo, cierto día caminando por la avenida Rivadavia, cruzando la calle Presbítero Risso Patrón, una oleada de obreros en un nutrido grupo, me sorprendió a tal punto que una vez que logré sortear esa marea humana, llegué al final de esa calle que, como todas en ese sector, no poseen salida. Allí me encontré con una inmensa escalera que sólo se abría para la entrada y salida del personal del ferrocarril.
Esa larga estructura, además, tenía un acceso al andén central donde, a determinada hora, una formación especial era abordada por los obreros. Del otro lado de esa escalera pude observar las oficinas, los talleres y las demás dependencias donde jefes, empleados y obreros lograban mantener en circulación todo el parque eléctrico ferroviario.
Pero pasó el tiempo y, privatizaciones mediante, ese enorme complejo se convirtió en un testigo silencioso del devenir del barrio y los talleres quedaron desactivados. De vez en cuando se veía algún
coche perdido en la entrada, tal vez olvidado y con las marcas de algún choque frontal.
Con los años, algunos de los muchos sectores que poseen los talleres, comenzaron a realizar otras tareas, como las de reparación de locomotoras diésel y los arreglos internos de los equipos desmontados de la locomotora, tales como bogies, motores diésel, compresores, embragues magnéticos, generadores principales y motores de tracción y material rodante eléctrico, contando con una infraestructura acorde a esa labor, devolviéndole de alguna forma la vida al lugar.
Posteriormente, en agosto de 2001, algunos de los emblemáticos edificios ladrilleros -propios del estilo ferroviario inglés- fueron declarados “patrimonio histórico” por la Legislatura porteña y catalogados como un Área de Protección Histórica (APH).
Por entonces, la idea de varias entidades vecinales -entre las que se contaba el periódico Cosas de Barrio- era crear allí un “polo cívico cultural” que permitiera recuperar para la comunidad barrial esas 32 hectáreas enclavadas en el corazón Liniers, para devolverle al barrio una parte esencial de su historia, la misma que hoy se observa olvidada a un costado de las vías. Los funcionarios de turno, sin embargo, siguen mirando para otro lado…
Mientras tanto, los históricos talleres ferroviarios de Liniers muestran sus centenarias instalaciones a quien quiera verlas desde el tren, como invitando a recuperar los orígenes. Porque para saber a dónde vamos, es necesario saber de dónde venimos.
Hasta la próxima y muchas gracias por permitirme compartir estos recuerdos con ustedes.
(*) Aresse Tomadoni es director general de Multinet (Radnet/La Radio, El Viajero TV, Club de Vida TV)