La Ciudad estudia nuevas modalidades de movilidad sustentable
El objetivo es la descarbonización del transporte público
La época de la expansión del metrobus parece haber llegado a su fin. Los carriles exclusivos que se implementaron en las avenidas Juan Bautista Alberdi y Directorio el pasado septiembre podrían haber sido los últimos en ser instalados en la ciudad de Buenos Aires. La administración actual considera que este modelo ha alcanzado su límite. En lugar de seguir con esta modalidad, se está explorando la posibilidad de implementar nuevas estrategias que requieren una planificación más exhaustiva, la revisión de la infraestructura existente y un análisis detallado de los territorios para determinar dónde y cómo aplicar estas nuevas medidas.
A pesar de que ya existe un Plan de Movilidad Sustentable para el año 2030 y durante la campaña electoral Jorge Macri mencionó su intención de elevar las vías del tren Sarmiento, hay otras opciones que están siendo evaluadas, principalmente por el recién creado Ministerio de Infraestructura, que ahora incluye las funciones de la ex Secretaría de Transporte y Obras Públicas. Estas ideas aún están en una fase incipiente y el grado de optimismo sobre su implementación varía semana a semana, especialmente en lo que respecta al presupuesto necesario para llevarlas a cabo. Sin embargo, se están analizando con el objetivo de ejecutarlas en los próximos cuatro años.
Estas propuestas estuvieron en la agenda del jefe de Gobierno durante sus viajes al exterior, particularmente en Italia, donde el funcionario se reunió con expertos en transporte de Roma para intercambiar proyectos e ideas relacionadas con el tranvía y los autobuses eléctricos. Este sistema de transporte, que ya está en funcionamiento en dicha capital europea, se contempla promover e implementar en la ciudad de Buenos Aires.
La descarbonización del transporte público es el objetivo principal del Gobierno de la ciudad, y se están considerando varias opciones para lograrlo. Estas incluyen la gradual electrificación del transporte público, la creación de rutas que puedan ser recorridas con autobuses eléctricos y la implementación de líneas de tranvía. Se están estudiando alternativas específicas, como el Casco Histórico y el corredor norte, que se extiende desde Ciudad Universitaria hasta Puerto Madero.
Barcelona es una de las ciudades europeas que cuenta con el servicio de Tranvía eléctrico
La administración de la Ciudad considera que la cantidad actual de metrobuses en funcionamiento es adecuada y que, debido a los costos involucrados, expandir la red de subterráneos no es viable en este momento. Por lo tanto, ha dirigido su atención hacia alternativas más sostenibles, como el tranvía y los autobuses eléctricos, que son más respetuosos con el medio ambiente que los vehículos de combustión interna.
Madrid, Barcelona, Zaragoza, Málaga y Sevilla son ejemplos de ciudades españolas que ya han implementado estos sistemas, que también son comunes en países como Alemania, Holanda, Francia e Italia, así como en otros países europeos. En América Latina, Chile y Brasil son algunos de los países que están explorando estas alternativas, como lo hizo la ciudad con la línea 59 de autobuses. Si se llevara a cabo un sistema eléctrico con una mayor cobertura y flota, sería un hito significativo y representaría un cambio de paradigma hacia donde se dirige el mundo: la adopción de energías renovables en el transporte público.
Según el Plan de Movilidad Sustentable para 2030, a la población aproximada de 3.000.000 de habitantes de la Ciudad se suman 1.400.000 personas que ingresan diariamente en días laborables (en contraste con los 200.000 residentes de la ciudad que se desplazan hacia el conurbano). Cada día se realizan un total de 5.400.000 viajes, distribuidos de la siguiente manera: el 46,7% se realiza en transporte público, el 20,7% en vehículos motorizados particulares, el 26,1% a pie, el 3,6% en bicicleta y el 2,2% en vehículos motorizados compartidos.
La Ciudad aspira a unirse a la ola de cambios de paradigma que están ocurriendo en el transporte público a nivel global. El contexto económico actual exige al gobierno realizar un exhaustivo análisis de costos, proyecciones y ajustes constantes. Parece que el camino hacia esta transformación ya ha comenzado.