“Plasmamos la historia en las paredes”
“Nadie ama lo que no conoce. Esta acción que realizamos moviliza mucho al vecino, en los recuerdos, en la pertenencia”, señala el vecino, historiador y pintor Eduardo Sábato, quien junto a Ernesto Martinchuk creó el Circuito Histórico Barrial San Cristóbal, una serie de murales sobre la identidad del barrio y su gente.
Algunas de las obras están ubicadas sobre los muros del Polideportivo Manuel Belgrano, la Escuela Técnica Manuel Belgrano, el Pasaje Gallegos, el bajo de la Autopista 25 de Mayo en la Plaza y Polideportivo Martín Fierro, en la diagonal Oruro.
Eduardo Sábato fue miembro y presidió la Junta de Estudios Históricos de San Cristóbal, órgano difusor de la historia barrial. “Conozco mucho la historia del barrio y la trato de plasmar en cada uno de los murales”, celebra y señala que ya había hecho una serie de pinturas en el barrio entre 2001 y 2004, también con la idea de reflejar la mística local.
Este proyecto que hoy está en constate crecimiento tuvo su inicio durante la pandemia. “A mi siempre me gustó pintar y dibujar. Yo vivo solo, no tengo cable, internet ni computadora o televisión. La pintura fue un cobijo, un lugar que me permitió pasar todo ese mal momento que pasamos todos. Cuando se empezó a abrir y se pudo salir a la calle, salí a pintar a las calles de mi barrio”, recuerda el vecino.
“En esos primeros murales, mientras pintaba solo, pasaban vecinos y me preguntaban cosas. Un día pasó Ernesto y me preguntó por qué lo hacía. Me dijo que vendría al día siguiente. Así se armó este dúo de pintores”, celebra sobre el encuentro que dio forma a este proyecto.
Eduardo además después de la pandemia empezó a bailar tango, algo que también marcó el estilo de los murales: “Hay toda una impronta por ese lado”.
Primero, la dupla restauró varios de los murales hechos hace más de 20 años. Luego, empezaron con obras nuevas, siempre apuntando a resaltar el patrimonio y la rica vida social y cultural de San Cristóbal: “La única forma de cuidar y querer al barrio es conociéndolo. Nosotros plasmamos la historia en las paredes”.
Hasta el momento, el Circuito Histórico Barrial San Cristóbal cuenta con 11 murales: “Son más de 340 metros lineales, más de tres cuadras y media de pintura, sin contar la altura. Es un montón y nos alegra”.
Cuando iniciaron con esta propuesta, acercaron el proyecto a la Comuna 3 de Buenos Aires (Balvanera y San Cristóbal), la cual brindó su apoyo: “Nos ayudan con el blanqueo previo. Cuando tenemos la aprobación del frentista, la Comuna viene y lo blanquea así podemos empezar a pintar”.
También hay muchos vecinos que, atentos a la propuesta artística y cultural, se acercan y les hacen donaciones de pintura o materiales.
Al cierre de esta edición, los vecinos y artistas trabajan en un mural sobre el Colegio Herrera, ubicado en La Rioja y Constitución, en el terreno que hoy ocupa el Polideportivo y la Plaza Martín Fierro. Fue demolida en 1978 por la construcción de la Autopista 25 de Mayo.
“Muchas generaciones pasamos por sus aulas. La forma de pintarlo y recuperarlo es devolverle al barrio ese lugar que fue tan grato para tantas generaciones de vecinos”, enfatiza Eduardo.
De hecho, la Junta de Estudios Históricos de San Cristóbal había hecho un llamado público para buscar testimonios, fotos e información de exalumnos para contribuir al mural.
Buena parte de las obras de este circuito se pueden apreciar en la calle Oruro. “Es una cortada tan particular que existe gracias a la existencia del antiguo tren de la basura. Ahí vamos a generar 10 murales que cuentan la historia de San Cristóbal”.
Al cierre de esta edición, ya habían realizado la mitad: “El primero es una breve historia del barrio a través de su escudo. El segundo es sobre el tren de la basura, el puente colorado. El tercero es sobre la Semana Trágica (en Talleres Vasena, hoy Plaza Martín Fierro)”.
“El cuarto esta en Cochabamba y Oruro, un homenaje al tango San Cristóbal. El quinto es un homenaje a los bailarines de San Cristóbal, el caso de Casimiro Ain, campeón de danzas modernas en parís 1920, un personaje”, señala Eduardo sobre lo que está hecho.
Los proyectos a futuro son obras en homenaje a músicos y cantantes de tango que vivieron en el barrio; uno sobre la Casa María La Vasca, una casa de cita y de baile de tango en Carlos Calvo y Jujuy, un recuerdo a los trabajos y oficios de antaño. También un reconocimiento a la “convivencia religiosa” y una alegoría a “los bares y cafetines que hubo en el barrio”.
J.M.C.