Alerta dengue: enorme criadero a cielo abierto en Mataderos
Mientras desde el Ministerio de Salud porteño advierten que el contagio de dengue atraviesa su etapa más crítica y es de alto riesgo para la población, en el corazón de Mataderos se observa un enorme criadero a la vista de todo el mundo, del que las autoridades parecen desentenderse. El otrora lago del parque Alberdi -de Directorio y Lisandro de la Torre- hoy es un cúmulo de agua estancada y basura flotando, que conforma el ámbito ideal para la reproducción de larvas de mosquitos.
La imagen que ilustra esta nota, registrada en el día de ayer a la caída de la tarde, no hace más que poner en evidencia la desatención que padece el parque Juan B. Alberdi y el riesgo que supone convivir con un criadero de mosquitos en la etapa más crítica de contagio de dengue.
Claro que la situación no es nueva. Lo que en la década del 80’ era un lago artificial cuidado y mantenido que permitía el solaz esparcimiento de los vecinos, desde hace años se convirtió en un humedal desatendido con problemas en las napas freáticas. A esto se suma la desaprensión de quienes no dudan en arrojar residuos -como botellas y bolsas plásticas- que permanecen durante semanas enteras sin que la Comuna 9 ni el Gobierno porteño actúen en consecuencia.
Mientras tanto, cientos de vecinos se acercan a diario allí para intentar contrarrestar con la sombra y el verde los calores del verano, sin advertir que son carne de cañón de los mosquitos en pleno crecimiento de los casos autóctonos de dengue.
“Algunos lo llaman lago, otros humedal, pero hoy no es más que un charco sin cuidados, que después de las ferias de los fines de semana queda lleno de basura. Una pena porque hasta peces tuvo, pero entre la falta de agua y los desechos que recibe perdió todo su esplendor y es una mugre y un criadero de mosquitos”, subrayó un vecino que suele asistir periódicamente al parque.
El otrora lago artificial se ubica junto al anfiteatro -que aunque volvió a abrir sus puertas hace poco continúa con filtraciones y falta de mantenimiento- y la pista de skate y parkour, que a diario visitan cientos de jóvenes.
El dengue en el barrio
Desde el Ministerio de Salud porteño aseguran que la epidemia de dengue se encuentra atravesando un escenario de alto riesgo, con un marcado aumento en los contagios. Sin embargo, aunque la Comuna 9 (Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda) que el año pasado fue la más afectada, hoy es la segunda con menor tasa de contagios -solo detrás de Recoleta- los casos van en aumento. Los números hablan por sí solos: mientras que en la temporada pasada se registraron 9 personas afectadas por dengue, en la actualidad la cifra ya trepó a 28.
Según los últimos datos del Boletín Epidemiológico elaborado por el Ministerio de Salud porteño, desde principios de julio pasado hasta el 17 de febrero último, se registraron 1054 casos probables o confirmados de dengue en la Ciudad de Buenos Aires. Hasta el momento, 44 pacientes han requerido hospitalización y sólo cuatro de ellos requirieron cuidados intensivos. No se han registrado víctimas fatales.
Tal como ocurre con cualquier otra emergencia sanitaria, los casos locales con sospecha de dengue son asistidos en la Guardia del hospital Santojanni. Luego de evaluar la presencia de criterios de gravedad, se establece la mejor estrategia terapéutica para cada paciente, la cual puede consistir en internación, observación en la guardia, o control ambulatorio con pautas de alarma. A todos los pacientes se les explica la importancia de monitorear síntomas de gravedad (sangrado, vómitos, dolor abdominal, alteración de la conciencia) y se les recomienda la hidratación adecuada y analgésicos (paracetamol). Siempre de acuerdo con el procedimiento específico encuadrado en las directivas del Ministerio de Salud.
Respecto a la gravedad de los casos presentados en el hospital de Liniers, la gran mayoría son leves y pasibles de tratamiento ambulatorio. El número de pacientes asistidos por Guardia es similar al año pasado, pero existen dos cuestiones que provocan que la cuantificación no sea adecuada: en el mismo momento epidemiológico coexiste la presencia de casos de COVID cuyos síntomas pueden confundirse, y por otro lado, la confirmación por laboratorio muchas veces llega tarde, cuando el paciente ya no está en el hospital.