Garrahan: “Programa de terapia asistida con animales”
El hospital pediátrico del barrio porteño de Parque Patricios, desarrolla una practica medica sanitaria que se suma a la tendencia mundial de incorporación de animales como facilitadores del proceso de recuperación de la salud. La experiencia que este martes inauguró exitosamente el nuevo “Programa de terapia asistida con animales” (TACA), tuvo por protagonistas a Noah, un niño de 5 años trasplantado de riñón, y a la perra Bella, una Golden retriever entrenada por la Escuela de Perros Guía Argentinos (EPGA).
En el Garrahan, bajo el nombre de “Programa de terapia asistida con animales” (TACA), se implementó con éxito por primera vez en su historia una “terapia asistida con perros” como parte de su proceso de tratamiento a un paciente internado. La iniciativa fue desarrollada a partir de la firma de un convenio entre el Hospital y la EPGA que provee los animales con su entrenador o entrenadora.
Según lo informado por el nosocomio de la calle Combate de los Pozos, el paciente en cuestión se llama Noah, un niño de 5 años trasplantado de riñón, que tuvo que por entonces llevaba siete días internado por un cuadro de deshidratación, quién fue acompañado por la perra Bella, una Golden Retriever entrenada por la Escuela de Perros Guía Argentinos (EPGA).
De la primera sesión participaron también la directora de Atención al Paciente, Débora Mecikovsky; y la responsable del área de Representante del Paciente, Silvia Pietanesi. En el proyecto colaboraron además los servicios de Salud Mental, Clínica, Jurídicos, Infectología y el Bioterio.
“Está reconocido y probado que las TACA reducen los niveles de ansiedad, disminuyen el estrés y actúan como facilitadores de emociones positivas. Por otro lado, hacen más llevadera y amigable la estadía en nuestro hospital. Y estos son justamente los usos que nosotros por ahora les damos”, dijo a Télam la directora asociada de Atención Pediátrica del Hospital Garrahan, Patricia Bellani.
La pediatra y neonatóloga explicó que “las intervenciones asistidas por animales se pueden dividir en dos grupos”: las actividades asistidas por animales y las TACA. “En las actividades asistidas por animales se busca mejorar la calidad de vida de las personas a partir del acompañamiento en la vida diaria o en situaciones determinadas, pero sin un objetivo terapéutico específico”, afirmó Bellani.
El Garrahan informó que “Después están las TACA, que son una rama de la terapéutica destinada a la recuperación diferentes patologías o situaciones específicas: en nuestro caso, el programa busca disminuir los niveles de ansiedad, de miedo y de frustración vinculados con la internación prolongada, a partir de un enfoque lúdico”, agregó la especialista.
Además, indicaron “no significa esto traer un perrito de afuera y que juegue con el niño internado como nosotros podemos jugar normalmente en la calle”, sino que en la organización de cada sesión interviene “un equipo multidisciplinario que decide qué paciente y en qué situación porque son muchas cosas que se ponen en juego y requiere de la responsabilidad de todos nosotros”.
Bellani explicó que en un futuro esperan tanto llegar con este programa a otras áreas del hospital “como pueden ser las áreas de terapia intensiva o las salas de espera”, pero también utilizar los perros con otros fines terapéuticos como la estimulación sensorial o la rehabilitación kinesiológica o para mejorar la comunicación con el entorno en niños con trastornos del espectro autista (TEA).
Como parte de una estrategia innovadora dentro de las iniciativas de humanización en el ámbito de la salud, el Garrahan llevará adelante las TACA en encuentros programados de media hora de duración cada 15 días. Paralelamente, se desarrollarán eventos culturales dentro del hospital, como la escuela intrahospitalaria, la celebración de cumpleaños, el festejo del día del niño o de Reyes, entre otros.
“Que un hospital pediátrico de referencia como el Garrahan incorpore un programa así, es muy gratificante porque nos permite seguir mejorando en nuestra actividad pero también puede servir para que otras instituciones lo incorporen también”, dijo a Télam la instructora Liz Marín González que participó de esta primera sesión.
La entrenadora calificó como “un éxito” esta primera experiencia porque “la perra estaba chocha y el niño también”, que es lo que buscan desde la Escuela, “que sea un 50 y 50” en el que el animal también reciba “una dosis de afecto”. Además, agregó, que los animales tienen un estado sanitario controlado mediante carnet de vacunas, desparasitación y controles veterinarios periódicos. “El perro ingresa al hospital con un cuidado de higiene impecable, con las vacunas al día igual que nosotros”, resaltó González.
Entre las metas a mediano o largo plazo también está la habilitación del ingreso de las mascotas de los propios pacientes. “Pero eso requiere de mucha preparación y cuidado porque tienen que venir en condiciones ideales, con la seguridad de que no puede contagiarlo de nada”, concluyó la instructora.