Violento robo a una mujer en una pastelería de Liniers
La víctima estaba tomando un café con una amiga en una de las mesas de la vereda, cuando de pronto un joven se le abalanzó para robarle el celular. En el forcejeo la arrastró por el piso hasta quitárselo, para luego darse a la fuga en una moto manejada por un cómplice. El hecho, que quedó registrado en la cámara de seguridad del local, ocurrió poco antes de las 19 del lunes pasado, ante la ausencia de personal policial.
Las mesas que muchos bares despliegan en las veredas porteñas durante los meses de verano suelen ser el terreno elegido por ladrones, motochorros y descuidistas para desplegar su accionar delictivo. Allí, los celulares y las carteras son el botín más preciado.
En este caso el hecho ocurrió en el corazón del barrio de Liniers, cuando el lunes por la tarde fue escenario de un salvaje robo perpetrado a una mujer que disfrutaba de un café junto a una amiga en una mesa ubicada en la vereda de la pastelería Ayulem, de Pola 281, a metros de García de Cossio. Poco después de las 18:30, un ladrón que se desplazaba a pie por la vereda -secundado por un cómplice que lo aguardaba a bordo de una moto en la vereda de enfrente- se abalanzó sobre ella para robarle el teléfono celular. Como la víctima se resistió al ataque, el delincuente la lanzó a la vereda y la arrastró hasta quitarle el aparato, ante el espanto del resto de los clientes, que sólo atinó a abandonar las mesas y salir de escena. Tras cometer el robo, el joven salió corriendo hacia la vereda de enfrente, se subió a la moto y partió velozmente hacia Emilio Castro junto a su cómplice.
La grabación de la cámara de seguridad del local muestra la escena en detalle. Allí se observa que el ladrón caminó en contramano por la calle Pola para ir al encuentro de su víctima, a la que evidentemente ya había marcado. Mientras se trasladaba a pie, el delincuente, que vestía una remera blanca, jean, zapatillas negras y llevaba puesta una gorra del mismo color, simulaba que mantenía una conversación telefónica para no levantar sospechas.
Cuando llegó al lugar donde se encontraba su víctima, el delincuente abordó con violencia a la mujer para arrebatarle el teléfono que tenía en sus manos. La mujer se resistió al robo y el ladrón forcejeó para lograr su cometido. Pero al notar que la víctima no deponía su actitud, la tironeó con ambos brazos y ella cayó tendida a la vereda. Luego, la arrastró unos metros y finalmente pudo tomar el dispositivo.
Ante la desesperante situación que estaba viviendo a plena luz del día, la acompañante de la víctima sólo atinó a seguir los pasos de su amiga para auxiliarla, pero en ningún momento intentó disuadir al asaltante. El resto de los clientes, lejos de tratar de interceder, apenas atinó a salir de escena para resguardarse. Recién cuando el delincuente se disponía a cruzar la calle con el botín, un peatón intentó lanzarle una silla, pero éste fue más rápido, se subió a la moto en la que aguardaba su cómplice y ambos escaparon. En ningún momento se observa presencia policial en el lugar.
Como consecuencia del hecho, la damnificada terminó con raspones en brazos y piernas. “No es habitual que sucedan estas cosas en el barrio”, aseguró una empleada de la pastelería de Liniers (y no de Villa Luro, como señala la empresa en sus redes).
La investigación para esclarecer el robo está a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°11, a cargo del Dr. Daniel Togni.