Rincón de letras
El paisaje barrial como disparador de historias
Una vez más le damos lugar a esta sección, dedicada a dar rienda suelta a la creatividad literaria de nuestros lectores. En esta oportunidad incluimos un poema que ahonda en la realidad social de un pueblo agobiado por el descontento y la necesidad imperiosa de encontrar una salida a partir de estrechar los lazos comunitarios. Elaborado por el vecino Vernal Freitas, las estrofas de “De raíz y estrellas” -pintadas con prosa poética- ponen el foco en las desigualdades y las injusticias que oprimen a la sociedad actual y luego arroja una luz de esperanza apoyada en una mirada abierta y solidaria.
De esta forma, aquellos lectores que deseen remitir sus escritos literarios a esta redacción –en formato de cuento o poesía- para ser publicados en este espacio, podrán hacerlo vía mail a cdebarrio@hotmail.com o de manera postal a Rivadavia 10718 7º Piso Dpto. 34 (1408) Ciudad de Bs. As. El único requisito es que la historia transcurra en algún punto de nuestra entrañable geografía barrial.
De raíz y estrellas
“No importa dónde si juntos construimos
el lugar de todos/ sin títulos ni llaves
porque nada es nuestro/ y la casa es la tarea de partir el pan y abrir la puerta.”
Silvia Maezo
Gruesas gotas van mojando la mañana
bajo el etéreo lagrimal del cielo.
La tristeza invade recónditos espacios
y en lo más oscuro acechan las tinieblas.
Llueve…
Cargo el vaso con vino
para ahuyentar fantasmas.
Brindo…
Por no dejarnos ganar por los crepúsculos,
afincar la memoria, hacer mañanas…
Con savia de hoy el futuro se alimenta
está en nosotros, vivir… vivir luchando,
o quedar aprisionados en los muros
del mundo desigual que nos imponen.
“¿Para qué?”, nos dicen.
“Total… todo es lo mismo…”, nos pregonan.
Mentiras.
El conformismo humilla, desalienta.
Hay que juntarse abajo, con ternura… no resignarse.
Sobre la dejadez y la ignorancia la sinrazón avanza.
Ellos nos engañan…
Buscan anclar la vida en su insensible ruindad.
En su riqueza espuria
en el hueco insaciable que tienen sus bolsillos.
Las divisiones entre la gente
no son verticales, son horizontales.
Arriba, están, los que tienen mucho,
pues robaron.
Abajo, los que tienen poco o nada
los que fueron robados:
pequeños comerciantes, pequeños empresarios,
obreros, chacareros, indígenas, fueron saqueados y lo siguen siendo.
Si el carnicero de la otra cuadra,
o el kiosquero de la esquina,
el albañil de enfrente, o el vinero,
el empleado de al lado, o la maestra
tienen una idea política, si van a una iglesia o un club
¡Están viviendo con la gente!
¿Cómo va a ser nuestro enemigo?
Está inserto en la vida, con la gente.
Es nuestro par.
Debemos comprender y hacerles entender
que no somos enemigos.
Porque nos dejamos dividir,
pasó lo que pasó.
Ellos no escuchan, avanzan, arrasan.
No les importa Juan Desocupado
su fábrica cerró, ya no trabaja.
Ni el hambre de María Cartonera
con el carro fundido en sus entrañas.
Ni los chicos que duermen en la calle,
ni el pequeño taller que con su esfuerzo
era una flor para el mercado interno…
No les importa el otro, la miseria ajena.
Su atención está puesta en la rapiña,
en los primeros mundos que generó el saqueo.
“Estuvimos mejor en otras épocas”, decimos…
Sí, pero siempre fuimos pobres…
¡Esta es la esencia del sistema!
Nos engañan y les creemos.
Y esto no acabará
si dejamos en manos de unos pocos
ese maleable albur llamado democracia, adaptable
a las más variadas formas del envase.
Hay una realidad, palpable y es la vida.
Y la vida es el otro y el entorno,
sus angustias, las nuestras.
Se hace necesario defender lo logrado:
los derechos de todos.
Frente al libertino albedrío del mercado.
“Es de ideas la lucha”, dijo Fidel y yo le creo.
Son nuestras armas, palabra y pensamiento.
Y este nace de conocer,
de conocer aquello que se ignora.
El conocer cultiva el pensamiento
y el comprender es embrión de ideas.
La tierra es fértil y brotan alboradas
es necesario hacer de sombras luz
mies del imaginero.
No discrimina el hambre, no pregunta
el color de tu piel, cuál es tu credo,
si militas adónde.
Transformar la realidad es la tarea…
organizar la bronca.
Se trata de sumar conciencias,
de ser más cada mañana, alimentando el grito,
sin separarse nunca de los marginados.
Brindo por no dejarnos ganar por los crepúsculos,
por afincar la memoria, hacer mañanas…
Abriendo brazos ampliar el horizonte,
creando desde abajo
un frente pueblo de raíz y estrellas.
Vernal Freitas