Protocolo antipiquete: La implementación en cacerolazos y otras protestas
Apenas terminó la cadena nacional del miércoles en la que se anunció el DNU desregulador de Milei, miles de personas salieron a las calles a manifestarse con sus cacerolas para luego confluir al Congreso de la Nación.
En la noche del miércoles y madrugada de jueves no se aplicó el protocolo y la gente pudo circular sin problemas por avenidas como Rivadavia o Corrientes rumbo al palacio legislativo.
Sí había presentes varios patrulleros de la Policía de la Ciudad, pero estaban a modo de escolta y no en busca de impedir las protestas.
Esto cambió el jueves por la noche, segunda jornada de cacerolazos en la Ciudad. En un primer momento, la Policía de la Ciudad intentó montar varios cordones frente al Congreso para que la gente no cortara Entre Ríos.
Lo lograron al principio, pero luego la presencia fue tan grande que el tránsito en esta avenida quedó bloqueado.
Ese mismo jueves a las 19 la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE) marchó del Congreso a Plaza de Mayo, sobre avenida de Mayo. Fueron escoltados por algunos efectivos policiales, pero no se les impidió desplazarse hasta el bajo porteño.
El viernes hubo también un gran despliegue policial porque movimientos sociales y la CTA-Autónoma iba a realizar una jornada de ollas populares en la Plaza de la República, al pie del Obelisco. Más allá de la presencia de uniformados, en evento se pudo realizar y el tránsito no resultó afectado.
En este contexto, el legislador libertario Ramiro Marra criticó a la Policía de la Ciudad por la forma de implementar el protocolo. Señaló que su accionar fue inferior al de la PFA o GNA, a cargo de Nación.
“Era con Marra”, decía un tuit que mostraba cómo los manifestantes caminaban frente al Congreso y hacían retroceder a los efectivos porteños. El legislador porteño lo compartió en redes sociales el legislador a modo de queja del accionar oficial.