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Tres detenidos acusados de las falsas amenazas de bomba en Once y otras estaciones de tren

La Policía Federal Argentina (PFA) detuvo en las últimas horas a tres jóvenes acusados de haber hecho en los últimos dos meses unas 30 falsas amenazas de bomba en la estación cabecera Once del tren Sarmiento, en el barrio de Balvanera, y en otras líneas ferroviarias como Roca, Belgrano Sur y Urquiza.

Además, se sospecha que fueron los responsables de amenazas de bomba en Casa Rosada, la Cámara Nacional Electoral, el Congreso de la Nación, el Complejo C Art Media que fue búnker de Unión por la Patria. El ministro de Transporte Diego Giuliano también fue amenazado.

La División Delitos Constitucionales de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina (PFA) concretó los arrestos en e conurbano bonaerense, bajo las órdenes del juez Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 10, Julián Ercolini.

El caso inició el 22 de octubre, cuando hubo varias amenazas de bomba. Luego se profundizó cuando esta semana hubo varias alertas que obligaron a suspender los servicios ferroviarios, perjudicando a miles de pasajeros.

El grupo se hacía llamar “La banda del Hentai”, por las animaciones pornográficas japonesas. Uno de los detenidos, de 18 años, es hijo de un sargento retirado de la policía bonaerense y hermano de una integrante de la Policía de la Ciudad, quien fue apresado en la localidad bonaerense de Llavallol, consigna Télam.

Los tres permanecen alojados en la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, situada en Madariaga al 6900, del barrio porteño de Villa Lugano.

Los detectives de la PFA vieron que las amenazas habían sido realizadas a través de varias líneas en común -que luego coincidieron con las empleadas en las intimidaciones contra las estaciones de trenes de esta semana-, las que pertenecían a la empresa Telecentro, que utiliza una nueva tecnología que canaliza las llamadas a través de una conexión a internet, señala un cable de la agencia.

Las fuentes explicaron que una parte de los acusados se dedicaba a hackear las cuentas de los clientes de la empresa, gestionándoles -sin su consentimiento- nuevas líneas telefónicas a su nombre, las que luego eran vendidas en el mercado negro de la “Deep Web”. Allí, uno de los sospechosos adquiría las líneas fraudulentas a nombre de terceros y utilizaba redes wifi públicas para realizar los llamados intimidatorios, evitando de este modo ser rastreado. No obstante, los detectives, lograron establecer la existencia de algunos patrones comunes de conexión y, mediante múltiples intervenciones telefónicas realizadas en tiempo real, los identificaron y localizaron, agrega.

J.C.