Reabre La Flor de Barracas
Una excelente noticia en el marco de la celebración de la noche de los bares notables, reabrió sus puertas La Flor de Barracas, un lugar con casi 120 años de historia ubicado en Avda. Suárez 2095.
Conexión ciudad en mayo de 2020 señalaba “La crisis económica provocada por la pandemia está enfermando y matando no solo personas, sino también a instituciones y parte de importante de la vida de los argentinos en especial de los porteños, como es el caso del cierre del históricos y querido bar “La Flor de Barracas”, que desde hace 115 años funcionaba en la esquina de Avenida Suárez y Arcamendia, en lo que hoy conocemos como comuna 4. Lejos quedó aquel 1906 de la esquina mistonga como reza su cartel en la puerta”.
http://www.conexionciudad.com.ar/cierra-el-historico-bar-la-flor-de-barracas/
La Flor de Barracas consiguió nuevos dueños y vuelve con toda su mística, se trata de un bar fundado en 1906 que desde la pandemia está luchando por sobrevivir.
Desde el local gastronómico informaron la reapertura y nos instruyeron sobre su rica historia, la Flor nació como una fonda y su nombre fue Génova. Cuentan que el payador del pueblo Gabino Ezeiza fue uno de los que vivió en la pensión de arriba del bar, luego convertida en hostel.
Carlos Cantini relata en su libro “Café Contado sobre tus mesas que nunca preguntan” que uno de sus asiduos clientes de los viernes le contó que en ese boliche estaba guardado el bandoneón de Eduardo “Tigre” Arolas. La historia cuenta que el hermano mayor del bandoneonista cayó preso, el juez le dio una fianza que no podía pagar y le pidió el dinero prestado a los dueños del bar.
Recibieron como garantía el fuelle preferido del tanguero, que luego se fue triunfar a París y ya no volvió. Cantini cuenta que lo buscó incansablemente y no lo encontró. Aseguran los que saben que Bartolomé Mitre hijo iba a La Flor, lugar por el que pasaron desde Mauricio Macri hasta Hugo Moyano y Cristina Fernández de Kirchner.
Ahora, Victoria Oyhanarte consiguió nuevos dueños para La Flor de Barracas y no puede más de alegría. Un grupo de socios, entre los cuales está Hernán Greco, quién trabajó más de 20 años en el Tasso y luego creó Don Narciso, un lugar muy especial de la Paternal. Su nombre garantiza experiencia no sólo en gastronomía, sino también en la programación de espectáculos y organización de eventos.