Una muestra recorre 80 años en la historia del grabado brasileño en Buenos Aires
(Por Marina Sepúlveda) Con más de 80 obras de 55 artistas brasileños se inaugura la exposición “El viaje interminable”, que aunque incompleta en su semblanza traza un interesante viaje sobre la historia del grabado y su tradición entre 1940 y 2020, con nombres como los de Alfredo Volpi y Lívio Abramo o las más contemporáneas Leda Catunda y Anna María Maiolino, reunidos en esta muestra que podrá visitarse desde el sábado en el Espacio Cultural del Palacio Pereda, de la Embajada de Brasil.
“La tradición del grabado en Brasil- El viaje interminable”, es el título del texto escogido por el curador de la muestra y artista plástico brasileño Luiz Dolino (Río de Janeiro, 1945) para hablar sobre la exposición que ocupará el emblemático Palacio Pereda, sede de la Embajada del Brasil en la ciudad de Buenos Aires, y que será inaugurada el viernes con la la ministra de Cultura del hermano país, Margareth Menezes.
Esas más de 80 obras que abarcan el período de 1940 a 2022 y que podrán verse hasta julio pertenecen a la colección de la reconocida editorial de arte Papel Assinado, ” la editorial más antigua de nuestro país”, como dice Dolino, que con sus más de 30 años posee obras impresas “de los más importantes artistas brasileños que se han destacado en los últimos 100 años”.
En esta oportunidad la editorial de San Pablo “cede parte de su acervo para ayudar a narrar los últimos 80 años de la historia del grabado en Brasil” dice el artista a Télam en referencia a la invitación cursada a la editorial para exhibir estos materiales.
Entre montaje y entrevistas con la prensa, Dolino señala que el embajador Reinaldo Salgado visitó el montaje y surgió en su conversación la mención a “que Brasil nunca hizo una muestra de esta magnitud fuera del país”. “Cuando se cumplieron los 500 años del descubrimiento de Brasil (de América) hubo una gran exposición, pero trataba del período barroco de la cultura brasileña, mientras que de arte contemporáneo no existe nada que se haya mostrado en el exterior”, aclara destacando la exclusividad y relevancia de esta exposición.
Por otro lado, para Dolino no importa la cantidad exacta de obras o artistas que participan, sino “la grandiosidad de la muestra que cuenta con más de 80 obras y más de 50 artistas”, porque el “número rotundo” tiene mayor importancia que esa exactitud demandada por el periodismo para volcar cifras reales como las 86 obras y 55 artistas que configuran el recorrido artístico propuesto para una “exposición emblemática en la que participa como expositor y curador”.
Cuenta Dolino que “a partir del siglo XVII, la iconografía del período colonial está documentada por dibujos y grabados de maestros europeos, que llegaron como tripulantes de los primeros barcos que se acercaron a la costa brasileña”, y recién en el siglo XX “el grabado adquiere estatus de expresión artística” con artistas como Henrique Alvim Correa (1876-1910), Raimundo Cela (1890-1954) y Oswaldo Goeldi (1895-1961), el grabador que inauguró la colección que ahora exhiben en la Embajada del Brasil.
“Su obra es el resultado de la mezcla magistral entre su formación europea y las más profundas tradiciones del lenguaje plástico de dominio popular”, escribía el curador sobre Goeldi hace unos años.
Y si bien no es la primera exposición que cura Dolino, esta muestra constituye todo un desafío, “aún más porque el arte de Argentina ejerció siempre sobre nosotros una gran influencia”.
“Siempre hubo intercambio de personalidades, figuración, lenguaje artístico, entre los dos países”, dice y señala como hito que “la Bienal de San Pablo desde los años 1950 ha albergado grandes nombres del arte argentino, sobre todo de la década de 1960, los geométricos como Hugo De Marziani, Alejandro Puente, Jorge Pereira recientemente fallecido, César Paternostro, nombres que siempre estuvieron presentes entre nosotros, por lo tanto se configura un desafío”, explica.
¿Cuál es la característica que adopta el grabado en Brasil? “El grabado en Brasil empieza en un momento muy importante, durante la guerra (Segunda Guerra Mundial), con la influencia de muchos artistas que vinieron a vivir a Brasil y trajeron, sobre todo de Europa, una influencia marcada por el lenguaje del arte de compromiso social”.
“Estoy hablando de Lívio Abramo por ejemplo, de Oswaldo Goeldi, que trajeron esta influencia marcada en Europa por la guerra, el lenguaje muy comprometido con lo social, y eso está visible en la colección -manifiesta-. Después de la creación de la Bienal de San Pablo “pasamos a recibir una influencia más universal” como “la llegada del arte abstracto”, ilustra el artista geométrico de gran trayectoria.
En cuanto a la mención de Leda Catunda y Anna María Maiolino como integrantes de la exposición, dice “son artistas del más alto nivel entre nosotros, con conceptos muy importantes aunque de imagen y lenguaje diverso, pero ellas representan perfectamente el nivel de Papel Assinado en su conjunto”.
El sello paulista de grabados dirigida por el editor, director y productor de videos, Pedro Paulo Mendes y la publicista Maria Tereza “Teca” Lacerda, trabaja desde su fundación como tal en 2004, promoviendo las obras de grandes pintores brasileños para que estás sean accesibles a todos, algo que posibilita la reproducción del grabado con técnicas artesanales que al ser múltiple se transforma en el segmento más democrático de las bellas artes. En su amplio catálogo también se encuentran obras de argentinos tan grandes como León Ferrari y Julio Le Parc.
“La editorial no tiene felizmente una posición cerrada en torno a un lenguaje, sino que es bastante democrática en ese aspecto: hay artistas naif, geométricos, constructivos, figurativos, hay de todo, y tiene presente el papel del grabado como un arte capaz de democratizar la imagen”, añade.
“O sea, uno no necesita comprar un cuadro de millones para tener una obra de calidad en su casa, y puede tener un grabado de altísima calidad técnica con el lenguaje de cada uno de sus artistas”, por lo cual, destaca el curador, Papel Assinado “tiene un rol muy relevante en la divulgación del arte brasileño”, algo que se emparenta con esa función social que tuvo el grabado también en la Argentina.
La exposición presenta no solo una diversidad de artistas sino diferentes técnicas del grabado que van desde la xilografía a las nuevas técnicas digitales pasando por técnicas calcográficas, la litografía, la serigrafía y las técnicas aditivas.
Se exhiben obras de Goeldi y Abramo, así como de Alfredo Volpi, Maiolino, Anna Bella Geiger, Catunda y Regina Silveira, artistas reconocidos en el país que han tenido presencia en exposiciones del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), el Museo Moderno y en el Muntref de la Universidad Nacional Tres de Febrero, entre otros espacios nacionales.
Otros son Iberê Camargo, Anna Letycia, Antonio Dias, Judith Lauand pionera de la pintura concreta brasileña, y Roberto Burle Marx, considerado como uno de los máximos exponentes de la arquitectura de paisaje del siglo XX y el verdadero creador del jardín moderno.
También se presentan trabajos de Duhigó cuyo nombre significa primogénita y que se convirtió en la primera artista profesional en artes visuales de la etnia Tukano, del Amazonas, en 2005, y la séptima artista amazónica aunque primera indígena, en ser parte de la colección del importante Museo de Arte de São Paulo (Masp). En su obra, esta artista presenta aspectos de la memoria y vida cotidiana de su pueblo.
Además estará presente Carmézia Emiliano, de la etnia Macuxi, un artista autodidacta exponente del arte Naif, que rescata sus orígenes, y además figuran Macaparana (José de Souza Oliveira Filho), Iran do Espírito Santo, Luiz Aquila y Carlos Muniz, y el propio Dolindo, entre otros.
La muestra, que cuenta con el apoyo de la cancillería brasileña, se podrá visitar del 3 de junio al 27 de julio, de jueves a domingos, de 13 a 20 en el Espacio Cultural del Palacio Pereda (Arroyo 1142, CABA), con entrada gratuita.
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