Belgrano y su templo del Rock
Prix D’Ami entre principios de los ochenta y finales de los noventa, tuvo tres sedes y tres etapas bien diferentes; Charly tocó con varios de los músicos de los Red Hot Chili Peppers, Serú Girán protagonizó una reunión y King Crimson ensayó durante un mes, fue un local porteño de música al que siempre se le adosa su ubicación para tratar de determinar la época en que sucedieron las cosas. La dirección exacta nunca fue importante. Siempre estuvo en Belgrano, durante la década de los ochenta existió el primero, en Arcos casi esquina Monroe, luego el Prix “de Ciudad de la Paz” y, más tarde, durante los noventa, “el de Monroe”.
En el Prix de Arcos tocaban Alphonso S’Entrega, Memphis la Blusera, Man Ray, Clap, Fricción, Los Fabulosos Cadillacs o los Redondos. Los martes se hacían grandes zapadas. Charly iba siempre a todos los Prix. Caía tipo cuatro de la mañana. Así es como el local quedó chico. El contrato se terminó y los socios emprendieron la retirada hacia un edificio cercano. El siguiente destino fue en Ciudad de la Paz (entre Blanco Encalada y Olazábal). Ese local había tenido pista de hielo y cancha de bowling. La madera del bowling se recicló y terminó convertida en barra y escenario. Por ese tiempo tocaban Los Ratones, Los Violadores y Don Cornelio y La Zona.
Así es como el local quedó chico. El contrato se terminó y los socios emprendieron la retirada hacia un edificio cercano. El siguiente destino fue en Ciudad de la Paz (entre Blanco Encalada y Olazábal). Ese local había tenido pista de hielo y cancha de bowling. La madera del bowling se recicló y terminó convertida en barra y escenario. Por ese tiempo tocaban Los Ratones, Los Violadores y Don Cornelio y La Zona.
Los gloriosos conciertos de Fripp y su troupe sucedieron en el de Monroe, que era grande, con capacidad para 1000 personas, bar, restaurante y sala de música en el primer piso. En esos noventa menemistas ya era un lugar conocido por donde pasaban tanto las bandas locales como las extranjeras. Muchas de las que llegaban daban allí un primer paso para luego tocar en espacios más grandes como el Estadio Obras, por su escenario pasaron Café Tacuba, Titãs, Iggy Pop, La Ley, Os Paralamas Do Sucesso, Albert Collins, Taj Mahal, Mick Taylor, Héroes del Silencio, entre muchos otros.
El nombre llegó desde Amsterdam, porque uno de aquellos amigos, con todo su asombro sudamericano, les mandó una foto desde un café Prix D’Ami donde se podía fumar marihuana. En el Prix D’Ami porteño, que nada tenía que ver con la cadena europea, nunca se pudo fumar (de manera legal), pero su espíritu tampoco tenía que ver con eso. Al proyecto argento la música lo fue llevando.
Y no faltan las anécdotas, el día que Iggy Pop cayó a las dos de la mañana para sumarse a la gran mesa musical del señor García. El día que Pappo zapó con los Alphonso S’Entrega o esas noches en las que Charly caía y enchufaba los teclados en el amplificador de guitarra de Morano.