Arcor y la ratificación de la búsqueda incesante de nuevos monopolios.
Defensa de la Competencia objetó la adquisición de Ingrear Holding S.A por las multinacionales argentinas y estadounidenses Arcor e Ingredion. La argentina Arcor se especializa en alimentos de consumo masivo, agronegocios y envases, mientras que Ingredion es un grupo líder en soluciones de ingredientes para la industria de alimentos y bebidas.
La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia analizó la operación y concluyó que genera la desaparición de un competidor independiente y un aumento significativo en la concentración de los mercados de molienda húmeda de maíz y la comercialización de sus derivados. . El organismo convocará a las partes a una audiencia especial destinada a analizar las posibles medidas para mitigar el efecto negativo de la operación.
ARCOR Y LOS MONOPOLIOS EN ARGENTINA.
Apenas 20 empresas controlan el 74% de la facturación de productos de góndola que comercializan seis grandes cadenas, que a la vez concentran el 80 por ciento de las ventas de todo el sector supermercadistas del país. En lácteos, gaseosas, fideos, embutidos y productos de higiene los niveles de concentración en la firma dominante supera el 70%. En otros rubros, como por ejemplo las cremas dentales, desodorantes, repelentes y caldos, la concentración de las ventas en una sola marca o empresa supera el 84%.
Dentro del universo que cubre el rubro Alimentos y Bebidas, pueden observarse sub-rubros en las que una sola firma tiene una posición absolutamente, dominante, como es el caso de los yogures (77%), embutidos (79), jugos en polvo (77), gaseosas (75), fideos (73), cervezas (71), postres (70), mermeladas (71) y hasta en la leche (69). En algunos casos, una sola empresa con diferentes marcas participa en hasta 12 categorías diferentes de productos, teniendo posición dominante en seis de ellas.
El presidente de la Federación de Almaceneros, Fernando Savore, afirmó en un reportaje reciente de Página12, que “los monopolios son los dueños de la comida y de los productos de limpieza de los argentinos, se pueden sentar sobre la mercadería reteniendola para venderla más cara y cuando quieran”.
Es que, en Argentina, la competencia es tan solo una frase del neoliberalismo conservador, una ilusión que menean los medios ante cada absorción, fusión o compra de una empresa cuyo resultado es una mayor concentración. Y así, la posibilidad de imponer precios abusivos y convertir a los clientes en rehenes, está al alcance de sus manos. Como ya se demostró con el rubro cementicio, donde la posición dominante de tan solo tres firmas las hace controlar el 96% del mercado. Con Loma Negra a la cabeza, y Minetti y Avellaneda acompañando sus políticas abusivas de precios, quedó demostrada la cartelización del sector, por lo que fueron multadas en 2005 con 300 millones de pesos, multa que, cautelares y apelaciones mediante en una justicia amigable con los poderosos, recién tuvieron que abonar en 2013. Eso sí, decisiones para concretar una desinversión que vuelva a promover la competencia… nada. Todo sigue igual, o peor.
En el caso de Arcor, acapara el 80 % del mercado de golosinas y el 71% del de las mermeladas, además del 78 % de los enlatados que se comercializan y una gran parte de los jugos en polvo. Según un informe de CEPA, la firma de los Pagani tiene una posición dominante o al menos relevante en nueve rubros, en los que se la puede calificar como formador de precios. Estos son aceite, enlatados, galletitas, legumbres, aderezos, jugos en polvo, y dulces.
Otros, como Molinos Río de la Plata, controlada por la familia Perez Companc, ejerce una posición dominante en rubros sensibles como aceites, harinas, alimentos congelado, yerbas, arroz, salchichas, pan rallado, caldos, margarinas, hamburguesas, vinos y otros productos.
En el rubro aceites solo tres empresas (Aceitera General Deheza, Molinos Cañuelas y Molinos Río de la Plata) concentran el 90,5 por ciento de la facturación el 90,6 por ciento del volumen. En el segmento de gaseosas, el 98,3 por ciento de la facturación se la reparten Pepsico y Coca Cola. En aguas y aguas saborizadas se suma a estas dos ADA, y entre las tres (junto a Pepsico y Coca Cola) concentran el 89,6 por ciento del mercado.
En azúcar existen tres ingenios que acaparan el 85 por ciento de la facturación: Ingenio El Tabacal, Ledesma y Valpafe. En caldos, el 90,6 por ciento es solo de Unilever, que es multinacional. Lo mismo sucede con los desodorantes, donde Unilever factura el 84,5 por ciento de las ventas totales del rubro. En jabón en polvo, esta misma compañía se hace cargo del 82,7 por ciento del volumen. de ventas. En cerveza, Quilmes y CCU Argentina suman el 98,2 por ciento de la facturación. En cremas dentales, solo Colgate Palmolive concentra el 84,7 por ciento de las ventas. En embutidos, Swift tiene el 83% de las ventas y el 17% restante está en manos directamente de los supermercados. En fideos, Molinos Rio de la Plata tiene el 79,4% con cinco marcas: Manera, Mattarazzo, Luchetti, Don Vicente y Favorita. En harinas, la misma empresas junto a Molinos Cañuelas detenta el 82,1 por ciento de las ventas. En jugos en polvo, dos empresas, Arcor y Mondelez, venden el 100 por ciento. En yogures, Danone acapara el 80 por ciento del mercado y en leches, Mastellone vende el 69,5 por ciento.
En mayonesas, solo dos firmas (General Deheza y Unilever) concentran el 97,8 por ciento de las ventas. Arcor, de Luis Pagani, como dijimos en esta nota, tiene el 70,7 por ciento de las ventas de mermeladas al público, mientras que, en el rubro pañales, el 95,6 por ciento de las ventas las realizan Kimberley Clark y Procter and Gamble. Por su parte, la firma Johnson y Johnson vende el 90 por ciento de los repelentes del mercado.
Y ni hablamos de los monopolios mediáticos, de servicios públicos o telefonía e internet, donde los niveles de concentración son sumamente preocupantes y pasan a formar parte de la defensa de los monopolios a través de campañas publicitarias a medida de sus intereses corporativos. Y tampoco hablamos del engaño a que someten a la población, que muchas veces desconoce que tres, cuatro o seis marcas diferentes pertenecen a un mismo dueño, y que este las escalona en precios y calidades para abarcar todo el mercado.
La pregunta es… sin una ley antimonopólica que fije límites a las cuotas de mercado de las empresas, y también controle las adquisiciones de proveedores y cadenas de comercialización para evitar abusos debido a posiciones dominantes, ley que además necesariamente precisa de un fuerte compromiso de jueces y fiscales para hacerla cumplir… es imposible que algún día el Estado pueda poner en caja a un proceso inflacionario que, más allá de los cantos de sirena de la ortodoxia económica, a todas luces no puede controlar porque las decisiones sobre el mismo no están en la Rosada o los ministerios, sino en los escritorios de CEO´s o en las mesas de directorio de empresarios monopólicos que piensan sus ganancias en una moneda que no es la que usan los argentinos de a pié.
Por ello, Arcor, el caso que nos compete en esta nota, informó ganancias por $19.900 millones, una 142% más que un año atrás. Por esto, repartirá entre sus accionistas utilidades por $7000 millones. Mientras tanto, los alimentos subieron en 2021 una media del 50,3 por ciento. En algunos rubros en los que Arcor es dominante, las ganancias aún fueron mayores. Todo en un contexto de pandemia y pobreza creciente, donde los ingresos de la población ceden para que se agrande su porción de la torta sin importar consecuencias sobre el total de la población,
ANEXOS.
A continuación, se puede leer el informe de la CNDC: y
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2022/04/conc-1815-io.pdf
Y la infografía que explica el informe del organismo de defensa de la competencia: