Un principio de incendio afectó a la Parroquia Dulcísimo Nombre de Jesús y aseguran que se salvó “de milagro”
Uno de los templos más emblemáticos de Saavedra, la Parroquia Dulcísimo Nombre de Jesús, sufrió un principio de incendio este lunes 6 de septiembre. Según dieron a conocer en sus redes sociales, una de las velas quedó encendida durante toda la noche, prendiéndose fuego y provocando que cayera cera derretida al suelo. Sin embargo, la situación no pasó a mayores, por lo que sus autoridades hablan de un “milagro”.
“Hubo un olvido, por lo que quedo encendido el cirio pascual durante toda la noche y se prendió fuego”, relató la Parroquia Dulcísimo Nombre de Jesús, situada en Valdenegro 3611, en su Facebook. De acuerdo al relato, el padre José Luis Carvajal, capellán externo de la sede religiosa, fue quien descubrió, ya en la jornada siguiente, la situación.
“Había humo, pero el fuego ya estaba apagado. Gracias a Dios, todo está bien”, explicaron. Las imágenes que compartieron muestran a la estructura del cirio pascual, una vela de gran porte que suele acompañar algunas celebraciones, semiderretida, inclinada hacia uno de sus costados en la estructura de hierro que la sostiene. A su vez, se percibe la cera adherida al suelo de cerámica, formando una suerte de “charco”. A su vez, el arreglo floral artificial situado al pie del cirio, también se presenta consumido por el fuego.
“Nos salvamos de milagro de perder nuestro rinconcito de Saavedra”, reconocieron desde el Dulcísimo Nombre de Jesús. La publicación generó decenas de comentarios de la comunidad de feligreses del templo, quienes vincularon al hecho fortuito de que el incendio no haya sido de mayores proporciones a un “milagro” y la intermediación de figuras religiosas a las que invocan en su fe cristiana.
La parroquia Dulcísimo Nombre de Jesús está en su sede de Valdenegro y Crisólogo Larralde desde 1945, algunos años antes que el instituto escolar homónimo con el que comparte instalaciones. En 2011 se llevaron a cabo las últimas remodelaciones, y en 2014 se sancionó una ley en la Legislatura que otorgó un terreno perteneciente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a título precario por 20 años, donde la iglesia tiene montado su campo de deportes.
Desde 2009, su párroco es el presbítero Fabrizio Maranzana. En reiteradas oportunidades celebró misa allí Guillermo Karcher, un sacerdote que trabaja en El Vaticano como asistente del Papa Francisco y es antiguo vecino de la zona.