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Sebas Namunkurá, vecino y artista multifacético: de organizar fiestas electrónicas a crear su marca de ropa

Sebas Namunkurá es un vecino nacido y criado en Saavedra que se especializa en distintas ramas del arte. Forjado en la escena independiente de los años noventa, se avocó al dibujo, la fotografía, el diseño gráfico y hasta la organización de fiestas. En la actualidad, se reinventó en pandemia y creó Ciber, una línea de ropa independiente y urbana.

Hace 15 años, en medio del clima post-Cromañón, ideó las fiestas de música House Namunkurá, uno de los hitos de su carrera y un lugar de pertenencia para buena parte de la comunidad LGBT. “Queríamos bailar, empezar tarde y terminar tardísimo”, cuenta en diálogo con este medio.

Así recorrió varios boliches icónicos de la escena porteña como Cocoliche, New York City, Uniclub. Isabel “La Coca” Sarli fue modelo para el afiche del sexto aniversario y han sido habitués distintas figuras, desde Oriana Junco a Lizy Tagliani, pasando por DJ como Raúl Escobar, Towaht o host como Ihona Tempura, Heidi Di y Mia Doll.

En cuanto a su labor fotográfica, ha trabajado y retratado modelos para campañas de distintas marcas de prestigio como Ona Saez, Lewis Magazine o Vanity Teen (Barcelona). También incursionó el campañas independientes que divulga en su sitio web oficial y en redes sociales.

Sobre su vida en el barrio, declara, luego de 44 años en estas calles: “Vivir en Saavedra es no ser tan anónimo como en otras partes, y creo que me mantiene con los pies sobre la tierra”.

 

-¿Hace cuánto te interesa la fotografía y el diseño y por qué creés que estas artes te han generado mayor interés?
-Siempre me gustó dibujar y mi primer taller de Dibujo y Pintura lo hice con un Profesor de Saavedra, más o menos a los 6 años. Ahí descubrí que lo mío era crear mi propio universo y no tanto las naturalezas muertas o lo que en aquel entonces proponían los cursos de Arte. Fue así que empecé a tomar clases de Dibujo humorístico y caricaturas en la Escuela de Garaycochea, para después optar por la carrera de Bellas Artes en la Prilidiano Pueyrredón (Aún no era el IUNA, aunque creo que ahora se llama UNA).
Antes de recibirme me volvió a pasar un poco lo mismo que contaba antes: Pintar era un proceso lento y yo soy bastante ansioso, no lo disfrutaba tanto. Elegí la computadora, el Arte Digital, y después vino la fotografía debido a una necesidad de obtener mis propias imágenes.
El Diseño gráfico es una salida laboral que me ayuda a pagar las cuentas y generar mis propios proyectos.

-¿Cuáles han sido tus influencias principales artísticas? ¿Han habido cambios conceptuales tuyos a lo largo de los años?
-Uno va cambiando todo el tiempo a medida que adquiere conocimiento, y si bien siempre me atrajo el Pop Art (Warhol, Basquiat, Haring) o el clima kistch que se vivía en el underground de los años 90, también me apasiona la fotografía de moda y pese a todo mi esfuerzo por salir de lo “clásico”, al día de hoy soy muy fan de artistas como Caravaggio.
No sé si son cambios, yo diría que es un back up, una cantidad de datos que uno archiva en la mente y pone en práctica a medida que el trabajo lo pide.

-¿Cómo surgió el proyecto Namunkurá? ¿Cómo crées que ha evolucionado a lo largo del tiempo desde 2005 y cuáles creés que han sido los principales hitos?
-Namunkurá es una fiesta de música House que comenzó a gestarse luego de la prohibición de bailar posterior a la tragedia de Cromañón.
No teníamos a dónde ir, no nos interesaba tomar una cerveza en la mesa de un bar. Queríamos bailar, empezar tarde y terminar tardísimo. Sentíamos que estaban usándonos como distracción para tapar todo un sistema corrupto que se había cargado un montón de vidas y que era más simple echarle la culpa a la juventud que a quiénes verdaderamente la tenían. Entonces reunimos a nuestra gente y empezamos, de forma clandestina, a hacer las fiestas en 2005.
No me acuerdo por cuántos lugares pasamos, pero estuvimos en gran parte de las discotecas de Buenos Aires (El Dorado, Cocoliche, New York City, Uniclub, Voodoo Motel, Experiment y así hasta llegar a Requiem, donde estamos actualmente, o mejor dicho, donde hicimos una pausa por la pandemia, pero vamos a volver en cuanto se pueda)
Para mí uno de los hitos más importantes fue poder hacer el flyer del sexto aniversario de Namunkurá con Isabel Sarli, fotografiada por Nora Lezano en el sillón de su casa.

-¿Cómo vivís las jornadas de fotografía? En un posteo hablás sobre “Hacer lo que uno quiere y cuando el equipo se aburrió irnos a casa”. ¿Cómo es ese concepto?
-Veo que anduviste buceando por mis posteos viejos porque esa frase no la recuerdo, pero sí: una cosa es hacer una editorial, donde vos elegís los modelos, la ropa, la locación y trabajás hasta que ves que ya fue, y otra muy distinta es trabajar para una marca o cliente: Ellos eligen el equipo, te exigen fotear una cantidad de prendas durante muchísimas horas y llega un punto en el que tanto quienes estamos de un lado como del otro de la cámara nos agotamos pero no podemos simplemente decir “me voy a casa”… Pero bueno, de las editoriales no se come, por eso intento dar mi lado más creativo y divertirme en todos los shootings.
Prefiero jornadas más cortas pero cuando tengo muchas horas por delante descanso bien la noche anterior y adelante.
Soy re molesto trabajando, pero me acompañan personas geniales que saben manejarme y se merecen el Premio Nobel a la paciencia.

-¿Qué sentís una vez que están las fotografías terminadas?
-La fotografía de Moda es súper efímera, más desde que las redes sociales aceleraron tanto los tiempos. Una vez que veo una foto terminada ya estoy pensando en la siguiente. La contemplación tipo Museo es cosa de otra época (No digo que me agrade, pero si trabajás de esto o te adaptás o quedás en el camino).

-¿Cómo surgió el proyecto de Ciber? ¿Cómo vivís el crecimiento del mismo y la respuesta por parte del público?
-Ciber surgió en cuarentena, con la llegada forzosa del home office. Más tiempo en casa, horas desperdiciadas en medios de transporte que ahora eran tiempo para mí. Y de ahí nace Ciber: Del tiempo que antes no hubiera podido dedicarle a una línea de ropa y que ahora lo tenía y salió bien.
A la gente le gustó mucho, sobre todo porque son remeras y buzos de ediciones limitadas y totalmente autogestionadas.
Está dirigido a un público que no va al shopping, que prefiere comprar online y que cuando hace una consulta espera un trato personalizado.
Me gusta que quien me compra se lleve una experiencia agradable, porque de eso depende que vuelva, que te viralice en sus redes y te recomiende.
Ahora en septiembre sale lo nuevo y estoy re entusiasmado.
2021 empezó bien pero cuando llegó la segunda ola de Covid la gente se deprimió bastante y por temor no quiso arriesgar mucho en compras no esenciales. Ahora noto un poco más de esperanza, más ganas. Aparte viene la Primavera y hay otra onda en la calle ( Y usan más remeras, obvio).

-¿Hace cuánto vivís en Saavedra? ¿Qué es lo que más te gusta del barrio?
Tengo 44 años y vivo en Saavedra desde que nací. Lo que más me gusta del Barrio es tener a mis amigos de toda la vida cerca, a mi familia, y de alguna manera seguir viviendo un poco como lo hice siempre. Vivir en Saavedra es no ser tan anónimo como en otras partes, y creo que me mantiene con los pies sobre la tierra, porque estás con la gente con la que no podés caretear nada porque te conocen desde chico.

-En tus fotos hay muchos paisajes del barrio, ¿qué es lo que te gusta fotografiar de acá?
Mi lugar preferido para ir a sacar fotos es Parque Sarmiento. Hay tantos espacios, algunos re lindos, otros en ruinas, pero todos tienen su atractivo. Es como tener muchas locaciones en una. Me falta poder sacar fotos en las piletas, pero me dijeron que hay que pedir un permiso y no investigué mucho más al respecto, ojalá alguien que lea esto tenga acceso a ese espacio y me ayude a conseguirlo.