La política y su lado obscuro
El lunes se cumplió un nuevo aniversario (494) de la muerte de un tipo que ayudó a entender el poder.
Por Jorge Halperín*
El mísmo ha tenido mucho poder, y ahora cayó en desgracia porque el nuevo señor poderoso de Florencia lo destituyó. No sólo eso: por una infidencia lo llevan preso y lo torturan. Poco tiempo después se beneficia con una amnistía y goza de una libertad vigilada.
El día se le hace largo al hombre. Almuerza con los peones, luego se junta con el carnicero, el posadero, el molinero y el hornero para jugar a la cricca, que es el backgammon de la Florencia del siglo XVI. Escucha muchas puteadas, y, luego de esta concesión a la vulgaridad para aturdirse un poco, ¿qué hace?. Se cambia la ropa, sucia y enlodada y, para recrearse con la lectura de los clásicos, se viste de etiqueta.
Les pregunta a los clásicos por qué actuaron como actuaron, y ellos le contestan en los libros. Y él toma nota y escribe un libro. Ese libro va a cambiar la historia del pensamiento, aúnque él no lo sepa, y se llama “El príncipe”. El político exiliado se llama Maquiavelo y, aunque su nombre es hoy sinónimo de intrigas y malicia, y, aunque ganó la lotería de su tiempo – 20.000 ducados -, el tipo no moriría poderoso.
Se dice que Nicolás Maquiavelo enseñó a pensar en el caos. ¿Por qué? Ahora vamos a ver. Fue quien inauguró el pensamiento político y quien desarrolló extraordinariamente el análisis del poder.
Fíjense: Platón hablaba del gobernante ideal en la ciudad ideal. Aristóteles hablaba de la ciudad real pero veía a los conflictos como algo patológico. Pero Maquiavelo fue el primero en pensar el análisis político como un estudio entre gobernantes reales y gobernados reales, y rompió con las ilusiones. Dijo: los conflictos y los enfrentamientos son inevitables.
Planteó que las instituciones no existen para hacernos mejores sino para asegurar la convivencia entre individuos imperfectos. En toda su obra, los ciudadanos son presentados como ambiciosos, vengativos e indignos de confianza., pero ante esta realidad él no se propone reformar la raza humana ni se deprime.
Simplemente dice: las imperfecciones humanas son la materia sobre la que debe trabajar la política.
Voy a ser insolente con Maquiavelo y decirle que si lo único que vemos mirando a los ciudadanos son individuos ambiciosos, vengativos e indignos de confianza, las mejoras en la calidad de vida de las sociedades serían impensables.
Yo creo que una sociedad es mucho más que lo que veía Maquiavelo. Pero ignorar el lado obscuro es vivir en el limbo.
Es cierto también que Maquiavelo no niega que los hombres puedan mejorar moralmente, pero dice que mejorarlos no es la tarea de las instituciones políticas. Al contrario, señala, la política es necesaria justamente porque somos imperfectos. Y agrega: los conflictos de todos los días no son el lado obscuro de la política sino la política misma.
Su conclusión es: lo que nos hace falta son categorías que nos permitan pensar en el caos. No hay metafísica ni cosmología que puedan explicarnos el caos. Donde podemos aprender algo de él es con la historia.
La otra gran innovación de Maquiavelo: formuló su teoría en términos de poder. Todo su análisis se funda en conceptos como escasez y ambición. La política es conflicto porque vivimos en un mundo de recursos limitados pero la ambición de los hombres no tiene límites. Eso explica por qué el poder es tan importante: es lo que nos permite realizar nuestras ambiciones en lugar de que sean otros quienes realicen las suyas.
Para Maquiavelo, la política es el arte de acceder al poder y el de recuperarlo cuando se ha perdido. La seguridad es imposible para el hombre a menos que esté en conjunción con el poder. Pero sólo podemos encontrar la tranquilidad necesaria en nuestra búsqueda de la felicidad si existe algún tipo de orden capaz de protegernos. Y para que ese orden exista es necesario ejercer algún tipo de coacción porque todo intento de organizar la coexistencia va a entrar en conflicto con múltiples intereses.
Por eso la función del gobernante es administrar la violencia. O sea, la política es conflicto y para entenderla hay que analizarla desde la perspectiva de los actores enfrentados. Para entender lo que pasa y anticipar lo que puede ocurrir, lo que hay que analizar es la racionalidad, la lógica de cada uno de los actores.
Bueno, ese es un Maquiavelo menos que de bolsillo, pero quería ofrecer algunas pistas de por qué este hombre cambió la manera de pensar en ese caos llamado política.
*(El presente texto corresponde a la sección “picaditas de Jorge Halperín” dentro del programa de radio “La tarde con Polimeni” en la AM990. La publicación en nuestro medio es gentileza del autor)
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