Ale Giorgga y Fa Uno Art intervinieron la vasija ornamental de La Copita
Los vecinos y artistas urbanos Ale Giorgga y Fa Uno Art, convocados por la Comuna 12, intervinieron la vasija ornamental ubicada en torno a Balbín y Valdenegro, en La Copita, el espacio verde del Barrio 1 de Marzo de 1948 de Saavedra, en el cual recientemente las autoridades comunales construyeron senderos de cemento e instalaron bancos de madera y cestos.
“Es una intervención y también una puesta en valor en la vasija, destacando el relieve y los detalles originales de la figura”, dice Giorna a Saavedra Online.
El artista agrega: “Nos convocaron del Área de Cultura de la Comuna 12. Sabían de nuestro trabajo en la torre del Parque Saavedra y nos preguntaron si queríamos hacer el trabajo en La Copita”.
Se refiere a una intervención que combinó elementos alegóricos de Saavedra, como el escudo de Platense y un calamar gigante, y figuras coloridas en composición, logrado una obra de arte urbano en gran escala con enorme aceptación entre vecinos y personas que visitan el pulmón verde del barrio.
En cuanto a La Copita, Giorgga suma que antes de empezar a trabajar con Fa Uno Art, la Comuna 12 fondeó la vasija en color blanco, ya que antes tenía una pintura bordó intenso.
“Al hacer esto, quedó expuesta la gran cantidad de detalles que tiene la vasija. Por eso pensamos una intervención colorida, con nuestra impronta, pero también una forma de poner en relieve sus formas originales”, concluye el artista.
Giorgga y Fa Uno Art realizaron la primavera pasada 15 murales en la vía pública en el marco de un proyecto al que llamaron “Arte para el Barrio de Saavedra”.
“Nació ante el contexto de la pandemia y el aislamiento social. Al principio estaba la idea de movernos poco, por eso trabajamos muros de Saavedra o en el límite. Una vez que hubo más libertad para moverse pudimos terminarlo más tranquilos”, decía Giorgga en diciembre pasado.
“Hay zonas muy vistosas como el entorno de la estación de tren o la zona próxima a avenida Cabildo. También trabajamos mucho en el Parque Saavedra y alrededores. Están esos lugares vistosos y al paso y también están las calles más tranquilas. Son experiencias diferentes, pero todas tienen en común que eran buenos lugares para intervenir y dejar las obras”.
Sobre la interacción con los vecinos, dijo: “En el momento en que lo hacés, el día que pintás, siempre está la cosa de la incertidumbre de lo nuevo para la gente de la cuadra. En ese sentido, la experiencia estuvo re bien. La gente está caminando por su cuadra y siempre hay una historia o punto en común para iniciar una charla con el vecino. Esas charlas muchas veces dieron lugar luego a donaciones o nos terminaron por ofrecer paredes”.