Se entregó la única prófuga que quedaba del crimen del policía de Barracas
Una joven de 19 años que hace más de dos meses estaba prófuga y con pedido de captura nacional e internacional como partícipe del crimen del Alfredo Poggetti el policía federal retirado asesinado de un tiro en la cabeza en febrero pasado durante un asalto en el barrio porteño de Barracas, se entregó en la Triple Frontera, informaron fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Zaira Yanet Ozuna Villalba (19) y con su detención los cuatro presuntos autores del hecho ya están presos.
Según las fuentes, Ozuna se entregó hoy en la División Triple Frontera de la Policía Federal Argentina en Misiones y en las próximas horas será trasladada a Buenos Aires para su indagatoria ente el juez en lo Criminal y Correccional 60, Luis Schelgel, y el fiscal Pablo Recchini, las autoridades judiciales a cargo del expediente.
Gracias a la investigación que realizaron los detectives de la División Investigación de Homicidios de la PFA, ya se sabía que a pocos días del hecho Ozuna había escapado con ayuda de su padre rumbo a Misiones, donde el 24 de febrero quedaron filmados por las cámaras de una estación de servicio YPF de la localidad de Garuhapé y la sospecha era que había logrado cruzar de manera ilegal a Paraguay.
En ese video se pudo observar que la joven, que cumplió 19 años estando prófuga el pasado 11 de abril y tenía un pedido de captura internacional con alerta roja de Interpol, se había teñido y tenía el cabello oscuro cuando en sus redes sociales y en los videos recopilados de la noche del hecho lucía con el pelo rubio.
Por el caso, ya fueron procesados por el delito de “homicidio en ocasión de robo”, que prevé una pena de 10 a 25 años de prisión, los otros tres detenidos que tiene la causa, que son Leandro Javier Berón de Astrada (20), Kevin Andrés Limenza González (21) y Luis Enrique Palacios Estigarribia (19), los dos últimos de nacionalidad paraguaya, aunque todos domiciliados en Barracas.
Sólo Berón de Astrada fue detenido en los allanamientos ordenados el 23 de marzo pasado –los otros tres imputados se fueron entregando con el paso de los días– y es el acusado más comprometido en el expediente.
Es que, según la investigación del juez Schelgel, el fiscal Recchini y la PFA, la noche del hecho este acusado perdió la falange de uno de sus meñiques y dejó un reguero de sangre cuando la víctima lo hirió al disparar su arma en un intento de defensa.
Además, fuentes judiciales indicaron a Télam que en las últimas horas, la defensa de Limenza González -quien originalmente se había negado a declarar al ser indagado-, presentó un escrito en el que responsabilizó por el homicidio a Berón de Astrada al afirmar que se “sorprendió” al escuchar los disparos porque no sabía que ese coimputado había llevado un arma cargada.
La información obtenida por los investigadores de Homicidios de la PFA en tareas de campo en las villas de Barracas, el seguimiento de las imágenes de cámaras de seguridad que captaron a los autores antes y después del hecho, y el análisis exhaustivo de las redes sociales de los sospechosos, fueron las claves que permitieron identificar a los cuatro imputados.
El crimen de Poggetti (66) ocurrió alrededor de las 20.15 del 18 de febrero último en la calle Río Limay al 1300 de Barracas, en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires.
El suboficial retirado de la PFA había llegado junto a su esposa a la puerta de su vivienda a bordo de un Volkswagen Fox negro y cuando descendieron del vehículo para ingresar a la casa fueron interceptados con fines de robo por cuatro delincuentes, tres hombres jóvenes y una mujer.
Mientras la mujer se quedó de campana y reteniendo a la esposa de Poggetti, los tres ladrones abordaron al policía retirado, quien comenzó a forcejear con los asaltantes, extrajo un revólver Taurus .357 con el que llegó a hacer dos disparos y terminó asesinado de un tiro en la cabeza con un arma que se presume es calibre 38.
Según la autopsia, Poggetti recibió un disparo que entró en su cabeza por el parietal derecho, salió por el lado izquierdo del cuello, volvió a entrar y salir por el hombro izquierdo y le provocó la muerte casi en el acto en el pasillo de la propiedad.
Los asaltantes huyeron del lugar a pie pero quedaron filmados por varias cámaras de seguridad privadas y públicas de la zona que fueron clave para la investigación.
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