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Lanzan la primera escuela de “Huerta urbana”, en pleno auge de la actividad en la Ciudad

Este mes de abril, el “Colectivo Reciclador” lanzó la primera escuela de “huerta urbana”, una actividad que vive un auge en la Ciudad de Buenos Aires y se ve cada vez más en las veredas porteñas. La iniciativa se desarrolla en Constitución, y propone “promover la producción de alimentos sanos, seguros y soberanos”, con clases (por ahora virtuales) abiertas a la comunidad.

La escuela tomó el nombre de “La Margarita”, y se encuentra en Solis 1286, en un terreno cedido por la murga “Les Verdes”. Los encuentros se dan los sábados de 10 a 12 horas. “Buscamos potenciar el rol de cada habitante de Buenos Aires como protagonista activo”, precisaron desde “El Reciclador”.

El contenido de las clases de la escuela incluye “el conocimiento sobre el sustrato, el compostaje, armado de contenedores, rotación de cultivos, cosecha y conservación de la semilla, distintos calendarios de sembrado y métodos según región, usos y costumbres,producción de plantines, cosecha en la huerta urbana, almacenamiento de agua desclorada y reconocimiento de las plagas más comunes en la huerta”, entre otros temas.

El compostaje es de estas tareas una de las más importantes, dado que se enseña incluso a cómo compostar las heces de los animales domésticos. “Se necesitan solamente 10 metros cuadrados de tierra para que una persona produzca su alimento para vivir. Una huerta se puede armar con pasivos ambientales, como cajones de pescados, potes de yogur o neumáticos en desuso. Todo está al alcance para plantar verduras de estación”, detallaron los organizadores.

 

A la par, tienen como objetivo “fortalecer la educación ambiental y contribuir a la valoración de la huerta como herramienta disparadora para lograr un cambio en la comunidad”. El “Colectivo Reciclador” enfatiza en que las huertas urbanas van en sintonía con el pedido de la FAO, el área de la ONU para la Agricultura y el Caribe. En un documento de 2016, el organismo llamó a promover la agricultura urbana, y la oferta de alimentos locales, frescos, con seguridad alimentaria y nutricional para los habitantes de América Latina.

El fenómeno de las huertas urbanas tiene cada vez más adeptos, y hay más de una veintena de veredas a lo largo de la Ciudad que se encargan de cuidar y mantener su huerta, según un monitoreo del mencionado colectivo, en su programa “Acción huerta urbana”. En enero, este medio había dado cuenta de la resistencia al intento de desalojo por parte del Gobierno porteño de una de ellas, en Chacarita.

“La tierra se consigue en la calle y se puede armar la huerta en el balcón, en la terraza, en las veredas. No hay impedimentos para tener la propia cosecha”, insta Carlos Briganti, una de las caras visibles del colectivo. A su vez, resalta que la segunda ola de la pandemia, en la que se recomienda nuevamente el confinamiento domiciliario, puede ser la oportunidad para “producir nuestras propias verduras, como lechuga, ajíes, perejil, tomates, acelgas, etc”.