Legislatura porteña: evocan el nacimiento de Roberto Goyeneche y la muerte de Edmundo Rivero, tangueros y vecinos de Saavedra
El legislador porteño Diego Weck (UCR Evolución) presentó ayer dos proyectos de Declaración para que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires conmemore el 95 aniversario del nacimiento de Roberto Goyeneche (29 de enero de 1926) y el 35 aniversario de la muerte de Edmundo Rivero (18 de enero de 1986). Ambos son célebres cantantes de tango y fueron vecinos del barrio de Saavedra.
El proyecto para homenajear al “Polaco” fundamenta: “A 95 años de su nacimiento, Goyeneche se sitúa entre los más importantes de la historia del género, no solo por la expresividad de su fraseo y el modo de colocar la voz, sino también por el manejo de los tiempos, los acentos y los silencios, que lo distinguen de los demás cantores de nuestro tiempo y lo convierte en un personaje irrepetible, imposible de ser confundido con otro”.
El texto evoca que “en homenaje a su persona, una avenida del barrio de Saavedra lleva su nombre, al igual que la tribuna popular del Estadio Ciudad de Vicente López”. “Asimismo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nombró al paso bajo nivel ubicado en la Av. Balbín como “Goyeneche-Gatica” y se colocó una estatua suya frente a la entrada del Parque Sarmiento”, agrega. La figura, de tamaño real, ahora está alojada dentro de la Sede Comunal 12, en Holmberg y Monroe.
Luego, el proyecto sobre Rivero señala: “Nació en el barrio bonaerense de Valentín Alsina, se crió en el barrio porteño de Saavedra y pasó su adolescencia en Belgrano”.
Agrega: “Sin dudas fue uno de los personajes más trascendentes del tango, un cantor distinto, genial, caracterizado por una personalidad afable y señorial que lo hizo querido por todo el ambiente artístico y, lo que es más importante, por un público que lo recuerda y lo admira”.
Breve biografía de Roberto Goyeneche que acompaña el proyecto de Declaración:
Roberto Goyeneche nació en Urdinarrain, provincia de Entre Ríos, el 29 de enero de 1926. Su madre, embarazada, viajaba en tren hacia Buenos Aires y al adelantarse su parto tuvo que dar a luz en aquella localidad, retomando su viaje a los pocos días hacia el barrio de Saavedra. Su padre, de ascendencia vasca, falleció a los 26 años de edad y su madre tuvo que comenzar a ganarse la vida como lavandera, planchadora y costurera.
El Polaco inició su carrera como cantor de la orquesta de Raúl Kaplún en 1944, a los dieciocho años. En 1952 y en esa misma condición, continuó con Horacio Salgán, junto al cantor Ángel Díaz, quien fuera responsable de su apodo.
Pocos años más tarde, en 1956, se convirtió en el cantor de la orquesta de Aníbal Troilo, con quien entablaría posteriormente una gran amistad, todo un reconocimiento a su incipiente carrera. En 1963 dejó la orquesta para emprender su carrera como solista.
Fue mítica la colaboración que Goyeneche prestó al quinteto de Astor Piazzolla durante una breve temporada (mayo de 1982, en plena guerra de las Malvinas) en el Teatro Regina de Buenos Aires, y de la cual se conserva registro discográfico.
En 1985 recibió el Premio Konex – Diploma al Mérito como uno de los mejores cantantes de tango de la historia en Argentina.
Su popularidad fue tal que el director de cine Pino Solanas lo requirió para aparecer en sus películas El exilio de Gardel y Sur. Tras su actuación en el Thêatre du Chatelet de París, los críticos lo llamaron “Gardel reencarnado”, encumbrándolo a la altura del mítico Carlos Gardel. También realizó giras por otros países, entre ellos España, Holanda, Alemania, Estados Unidos y Japón.
Breve biografía de Edmundo Rivero que acompaña el proyecto de Declaración:
La primera presentación la realizó a dúo con su hermana Eva en Radio Cultura. En esta misma emisora fue contratado para formar parte del conjunto que acompañaba a las ocasionales figuras que hacían su presentación en ella. Asimismo, mostró sus dotes de guitarrista tocando en presentaciones teatrales un repertorio de música clásica española.
En 1937, Julio de Caro lo convocó a su orquesta como vocalista y desde 1944 hasta 1947, integró la orquesta de Horacio Salgan, cantando en programas de radiodifusión de Buenos Aires.
El acontecimiento que lo lanzó definitivamente a la fama, es la convocatoria de Aníbal Troilo para formar parte de su gran orquesta, en reemplazo de Alberto Marino. A partir de 1947 acompañó a Aníbal Troilo y grabó por primera vez en los estudios Víctor las canciones Yira-yira, El último organito, El milagro y su sobresaliente versión del Tango Sur.
Su voz de bajo, tan profunda como constante y grave, inició una auténtica evolución en la música porteña, muy comúnmente avasallada por tenores y barítonos. Las interpretaciones plasmadas con su personalidad de clásicos como Malena, Nostalgia y El bulín de la calle Ayacucho lo inmortalizaron. Especialmente por su voz, sumada al uso del lunfardo.
El 18 de enero de 1986, luego de permanecer internado desde diciembre por un problema cardíaco, falleció en la Ciudad de Buenos Aires a los 74 años de edad.