Repiqueteos sin armonía
Me llamó la atención hace unos cuantos meses cuando escuché que esta fue la primera cuarentena obligatoria para todos (sanos, enfermos o posibles portadores) en toda la historia de la humanidad conocida por nosotros. También me asombré cuando científicos de mérito cuestionaban las vacunas -y los PCR- presentados como mágicas soluciones al problema de la pandemia actual. Lo más llamativo es que a pesar de todo ésto desde la OMS y Bill Gates sostienen que no son garantía para la vuelta a la normalidad.
Es de público conocimiento que el mayor aporte que recibe la OMS viene de la Fundación Bill y Melinda Gates que son de los principales promotores de vacunas del mundo. Sabemos que los laboratorios manejan intereses económicos poderosos.
No entiendo por qué las cláusulas que exigieron los laboratorios en cuanto a leyes que los protegen en cada país en que operarán, incluyendo el nuestro como vimos en números pasados, donde prácticamente se lavan las manos ante los posibles efectos adversos como consecuencia de las vacunas, limitándose a ganar dinero sin posibilidad de perder nada.
¿No es llamativo que vuelva una epidemia de ébola que parecía superada en África? Recuerdo cuando hace poco rechazaron no volver a ser conejillos de indias con las vacunas.
Leo y miro videos de filósofos e intelectuales que hablan de “dictadura sanitaria” y puede sonar duro, poco solidario. Sin embargo, pienso en quienes ganan y quienes pierden con esta nueva “normalidad” y no puedo dejar de pensar que tienen algo de razón. Cuando vivo las cosas en carne propia, como el intrusivo PCR, dudo menos. Y no recuerdo otra época de mi vida, tengo 52 años, donde hubiera tanto control para todo. Y tanto cuestionamiento a lo que uno opina, incluyendo las censuras en redes sociales.
Sobre los PCR les cuento que el Dr. Reiner Fuellmich con su equipo de abogados van directamente contra su impulsor, Christian Drosten, a quien acusan de crímenes de lesa humanidad. Fuellmich enumera una serie de científicos (como Bhakti, Reiss, Mölling, Hockertz, Walach, Ioannidis, el premio Nobel Levitt y Jeadon ex Pfizer) que sostienen que “no hay ni hubo una pandemia de coronavirus sino una de PCR” mientras se basa en estudios científicos sobre el tema explicando la ineficacia del test que nos mantiene a todos separados, en jaque. También descartan la “nueva ola” sosteniendo que ya se ha generado la inmunidad necesaria.
Claro que hay enfermos graves y muertos, pero eso lamentablemente lo hay todos los años. Y los siguen habiendo de muchas enfermedades que poco o nada tienen que ver con coronavirus y por ende no se están atendiendo como corresponde, como el caso del hombre que murió de una paro cardíaco en la puerta del hospital en Bahía Blanca, porque “los médicos estaban ocupados”. Hay economías destrozadas, más miseria, más comercios que cierran… Me pregunto si el costo del cuidado ya no superó la enfermedad.
Hoy instalan la lucha por la vacuna, con la vacunación vip que sería gente que en contacto con el poder se “cuelan en la cola” por esa supuesta inmunidad. Y, tan bombardeado por tantas mentiras a diario me cuesta creer lo que el humano divulgue, a tal punto de preguntarme si ¿no será todo una campaña para fomentar la vacunación masiva mientras se “demuestra” la honestidad política corriendo a un ministro? Tal vez esté equivocado.
Puede que sean delirios por tantas campanas que suenan. En tal caso pido disculpas. Tal vez esté un poco aturdido, ¿Ud. no?
R.S.
El número como en papel: