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Johanna Rambla, vecina de Urquiza y fotógrafa especializada en retratar desnudos: “Trabajo sobre lo único de cada persona”

“Me gusta mucho la fotografía como registro y como recuerdo”, cuenta a este medio Johanna Rambla (Shoshana Retrata), vecina de Villa Urquiza y fotógrafa especializada en retratos. Los desnudos y los instantes de intimidad son un tema recurrente en su obra, disponible en su sitio web oficial. “Creo que algunos retratos pueden tener acciones comunes pero al final del día terminan siendo únicos”, destaca.

Johanna ha trabajando en campañas comerciales (Iulka Vintage Underwear, Toro Blanco, Enevra, entre otros) y trabajos suyos aparecieron en la Revista Vogue Italia. Participó del proyecto VASA sobre realismo mágico en América Latina y en la actualidad realiza talleres, entre ellos un workshop de desnudo naturalista. También co-creó el ciclo Artistas en Pijama, que reúne fotografía y entrevistas.

-¿Hace cuánto sacás fotos?
-Desde chica siempre tenía alguna camarita compacta con la que sacaba fotos.

-¿Cuándo descubriste que te gustaba la fotografía? ¿Hubo un momento puntual o fue un proceso?
-A los 18 en mi viaje de egresados con una cámara que me prestó mi papá descubrí que quería sacar fotos. Cuando terminé el colegio entré a la Facultad de Bellas Artes y dos años después hice la carrera de foto.

-¿Qué tiene la fotografía que te llamó más la atención que otras -expresiones?
-Qué pregunta. Debo admitir que a veces siento que la fotografía no me alcanza y necesito abarcar otras disciplinas, pero soy muy visual y también soy muy melancólica. Me gusta mucho la fotografía como registro y como recuerdo. amo revisar fotos viejas, me hacen viajar.

-¿Cómo ha sido tu formación?
-Hice parte de la carrera de Bellas Artes y después la carrera de Fotógrafa profesional. También hice la carrera de Creativa publicitaria y después me seguí formando, tanto en talleres específicos de foto como en la UBA ( hice 3 años de diseño gráfico). Un poco de todo, je. Pero siempre por la misma línea.

-¿Cuáles fueron tus primeras influencias?
-Mis primeras influencias fueron las clases de dibujo en Bellas Artes. Ahí dibujábamos modelos vivos desnudos y descubrí un mundo. Cuando estudiaba fotografía tuve una época de mucha fascinación con la fotógrafa Fabiana Barreda.

-¿Qué hechos han marcado cambios en tu forma de tomar fotografías a lo largo del tiempo?
-Más que hechos creo que tiene más que ver con las cosas con las que estoy conectada en cada momento. En un principio quizás mi fotografía era mucho más intuitiva y experimental y a medida que fui teniendo más experiencia fui por búsquedas más concretas.

-¿Cómo llegaste a definir el hecho de fotografiar “personas y vínculos.”? ¿Qué es lo que más te interesa de esta búsqueda?
-Lo loco es que no “llegué” a hacerlo. Siempre lo hice, quizás, como decía en la anterior pregunta, antes era más intuitivo sin saber porqué lo hacía. Ahora me involucro más en el proceso de hacerlo, porque eso es lo que me interesa realmente. Conocer a las personas y vincularme.

-¿Cómo preparás cada sesión? ¿Qué tipo de diálogo hay con las personas retratadas? ¿Cada retrato es único o hay acciones comunes?
-A la hora de retratar me importa mucho crear en conjunto. La mayoría de mis retratados tienen vergüenza; nunca estuvieron delante de la cámara o tuvieron malas experiencias. Siempre les propongo que la locación sea un lugar donde se sientan a gusto. Necesito, además, tanto antes como durante cada sesión, mantener el diálogo, generar confianza y horizontalidad.

Creo que algunos retratos pueden tener acciones comunes pero al final del día terminan siendo únicos. De hecho yo trabajo sobre lo único de cada persona. Aunque retratara a 20 personas en la misma posición y locación creo que igual se lograría que las imágenes sean distintas entre sí.

-¿Hay un trabajo extra después de la sesión (edición, retoques en computadora, etc.)? ¿El hecho de que sea a color o blanco y negro es una decisión antes o después de la sesión?
-Siempre ajusto el color, aunque sea mínimo. Depende mucho de lo que yo crea que necesita la foto que estoy trabajando (esto aplica también para color y Blanco y negro). Pero fotos crudas totales jamás entrego. Eso sí, no modifico en absoluto la imagen corporal. A veces cómo mucho elimino algún objeto por detrás que siento que no va.

-¿Cómo surgió la idea de hacer Artistas en Pijama? ¿Cómo vivís la respuesta de los usuarios y de las propias personas retratadas?
-Artistas en pijama surge de un ciclo de música, poesía y fotografía que teníamos junto a dos amigas (Ceci Espinosa y Palu Sirvén). Era un ciclo gratuito en una casa abandonada y la idea principal era conocer artistas desde un espacio más íntimo. Era pasar una tarde tomando una birra en un jardín lleno de plantas y mientras tanto escuchar música, poesía. Disfrutar.

Hacer el ciclo era relativamente difícil por toda la logística y riesgos que implicaba y porque económicamente quedábamos en pérdida. Sin embargo yo no quise perder el espíritu de difusión de artistas emergentes y decidí llevarlo a otro plano que no sea el evento en sí mismo. Te confieso que me gustaría que se convierta en un blog/revista y sea mucho más completo. Pero en este momento no podría llevarlo a cabo.

La experiencia de Artistas en pijama es hermosa. Amo conocer a las personas detrás de les artistas que admiro.

-¿Cómo vivís la experiencia de dar talleres y transmitir tus conocimientos? ¿A qué aspectos le das más importancia?
-Me encanta y me da miedo cada vez. Soy muy autoexigente y además soy también muy exigente con los docentes con los que me formo. Así que siempre tengo miedo de no ser suficiente. Sin embargo me dí cuenta de que solo quiero dar talleres que tengan experiencias prácticas, me encanta ver a los alumnos trabajando.

-¿Cómo afecto la pandemia al desarrollo de tu trabajo?
-Me tuve que adaptar mucho y ser creativa porque básicamente ya no podía salir a sacar fotos.

Empecé a hacer retratos a distancia y dí comienzo finalmente a Artistas en Pijama que lo venía posponiendo. Mi necesidad de movimiento me incentivo a reeditar mi fanzine “Gustavo para colorear” e imprimir una tirada grande en risografía para que pase a ser una publicación un poco más formal que fanzine. Además empecé a vender obra.

Si lo pongo en una balanza resulta positivo. Me puso en juego mis posibilidades y aprendí que puedo reinventarme y seguir haciendo camino.

-¿Qué proyectos tenés para el corto y mediano plazo en cuanto a retratos, talleres y demás actividades?
-Tengo en mente hacer otras publicaciones, dar talleres en el exterior (tengo un workshop postergado por pandemia en Paraguay) y llevar mis imágenes a otros planos que no queden siempre en el retrato individual. Además estoy experimentando con la fotografía intervenida con otras disciplinas.

-¿Hace cuánto vivís en Villa Urquiza? ¿Qué es lo que más te gusta de la zona?
-Vivo desde fines de 2013. Antes vivía en Retiro y la idea de vivir tan lejos del centro me daba vértigo. Hoy no cambio Urquiza por nada. Me gusta todo. Me encanta caminar por Parque Chas también. Si tengo que elegir una zona preferida me quedo con La Siberia. Soy una vecina fan de su propio barrio. Lo recorro permanentemente y siempre me vuelve a parecer mágico. Villurca corazón.