Ante gremios, el Gobierno porteño ratificó que las clases presenciales inician el 17 de febrero
Este viernes, representantes del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires se reunieron con sindicatos docentes y les ratificaron la intención oficial de dar comienzo el 17 de febrero el ciclo lectivo 2021 de forma presencial.
Durante una charla por la mañana, ante funcionarios porteños estuvieron presentes representantes de los sindicatos Unión de Trabajadores de la Educación (UTE); Unión Docentes Argentinos (UDA), Unión Argentina de Maestros y Profesores (Camyp), Asociación Docentes de Educación Física (Adef), Sindicato de Educadores de Buenos Aires (Sedeba), Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (Amet) y Sindicato Docente CABA (Seduca). Por la tarde será el turno de representantes de Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), Educación para el cambio (Edupec), Asociación de Enseñanza Media y Superior (Ademys), entre otros.
El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, dijo: “Las clases van arrancar con una presencialidad cuidada en todo el país. Van a arrancar las clases, lo que hay que ver es la intensidad de la presencialidad. Lo que estamos planteando es que se vaya intensificando”.
“Hemos sido claros desde la aprobación de los protocolos que tenemos que convivir con el Covid-19. Hoy seguimos teniendo incertidumbre. Las jurisdicciones priorizan la presencialidad cuidada. Son 24 jurisdicciones educativas. Va a haber conflictos, pero hay diálogo responsable”, sumó ante La Nación.
Frente a este panorama, el sindicato UTE entregó una nota con el planteo con respecto al regreso a las clases presenciales: “El aumento de contagios en la Ciudad de Buenos Aires y la falta de espacios adecuados en los edificios escolares para el desarrollo de actividades sin descuidar la salud hacen que no estén dadas las condiciones epidemiológicas ni de infraestructura para el retorno a las clases presenciales el 17 de febrero. Tal como venimos advirtiendo, los edificios escolares están en las mismas condiciones que estaban el 16 de marzo de 2020”.
“Durante todo el año 2020 el Gobierno de la Ciudad no invirtió un solo peso en la puesta a punto de la infraestructura escolar ni construyó ningún nuevo espacio que pudiera servir para sostener la presencialidad sin poner en riesgo a estudiantes, familias y docentes. El ascenso de la curva de contagios y el porcentaje de positividad registrados en los últimos días indica que la Ciudad está en un momento de alta circulación del virus. Desde la Unión de Trabajadores de la Educación proponemos establecer un índice para la apertura de los edificios escolares y la presencialidad similar al utilizado por el CDC en Estados Unidos, que plantea una escala en base a tres puntos principales para entender el grado de circulación del virus: la cantidad de contagios diarios en un promedio de 14 días, el porcentaje de positividad y movimiento de la curva en ese mismo lapso”.
“La propuesta implica calificar como Rojo, de ALTO RIESGO, cuando hubiera 200 casos cada 100 mil habitantes cada 14 días y/o una positividad mayor al 10 por ciento. El siguiente escalón, Amarillo de RIESGO MODERADO implica 50-200 casos cada 100 mil habitantes cada 14 días y una positividad de entre el 8 y el 10 por ciento de casos. El color Verde, de BAJO RIESGO, cuando hubiera menos de 50 casos cada 100 mil habitantes cada 14 días y una positividad menor al 8 por ciento. Este índice consensuado puede permitir elaborar la implementación de estrategias responsables tendientes al cuidado de la salud de la población, sumado a pautas certeras y claras para la circulación de los docentes y estudiantes”.
“También reclamamos la implementación de un esquema de vacunación para el personal docente y no docente y la creación de los cargos necesarios para sostener probables esquemas mixtos, así como también continuamos exigiendo conectividad y computadoras para los y las estudiantes”, concluye UTE.
Mariana Scayola, secretaria general del gremio Ademys, expuso: “Vemos muy difícil una vuelta a la presencialidad. En el marco del aumento de la curva de contagios, el Gobierno tiene una política de convivencia con el virus, pero no están garantizando las condiciones sanitarias para esa presencialidad. Nos parece que el ministro Trotta vuelve a desresponsabilizarse al decir que cada provincia va a hacer lo que le parezca. Antes había dicho que el criterio para la presencialidad iba a ser el semáforo epidemiológico, pero se desdijo. Si tuviéramos eso en cuenta, no estaríamos por volver”.