“¿Por qué nos descuidamos antes de la vacuna?”: charla de Daniel Feierstein con los Vecinos Activos de Coghlan
El miércoles 20 de enero a las 19 los Vecinos Activos de Coghlan realizarán una charla online donde disertará Daniel Feierstein, doctor en Ciencias Sociales e investigador del CONICET-UNTREF-UBA. El tópico del encuentro es “¿Por qué nos descuidamos antes de la vacuna?”.
Quienes quieran seguir la conversación, pueden hacerlo desde las 19 mediante la cuenta en Youtube de los Vecinos Activos de Coghlan, donde también se pueden ver las entrevistas anteriores, como las que se le hicieron a Ana Castellani, Alicia Castro o Leandro Santoro.
Feierstein es doctor en Ciencias Sociales por la UBA. Investigador del CONICET. Profesor en UNTREF (donde dirige el Centro de Estudios sobre Genocidio) y UBA (donde dirige el Observatorio de Crímenes de Estado). Fue Presidente de la International Association of Genocide Scholars. Sus últimos libros son La construcción del enano fascista (Capital Intelectual, 2020), Los dos demonios recargados (Marea, 2018), e Introducción a los estudios sobre genocidio (FCE, 2016).
En septiembre del año pasado, señaló durante un reportaje con Página 12: “El mecanismo de negación forma parte de nuestro aparato psíquico, todos nosotros lo tenemos y tiene que ver con una forma protectiva pero problemática ante circunstancias que no podemos afrontar. Cuando vivimos un suceso al que nuestro aparato psíquico le resulta difícil incorporar, muchas veces lo que hacemos es anularlo, hacer de cuenta como que no existiera para poder seguir viviendo y no acusar el impacto de esa transformación. Este mecanismo protectivo en algunas situaciones de la vida puede jugar un rol interesante. El problema es que en ciertas situaciones, estos mecanismos de negación generan respuestas muy disfuncionales. En una crisis de estas características en la que está en cuestionamiento nuestra vida y la de nuestros seres queridos, en la que nuestras prácticas cotidianas se ven transformadas de un modo muy abrupto y muy radical, es lógico que se generen respuestas de negación. Pero al mismo tiempo, se requiere asumir la transformación de esa realidad”.
Sobre proyección: “Es otro tipo de respuesta pero que muchas veces está muy vinculada con la negación. Se manifiesta cuando estamos frente a una situación en que desborda la incertidumbre, el odio, la imposibilidad de entender, incluso la negación, el enojo y la desazón. Es una forma de salir de esas situaciones encontrando un responsable. Eso a lo largo de la historia –también en procesos genocidas, en desastres naturales, en epidemias–, ha implicado la posibilidad incluso de que se llevaran a cabo masacres que no tienen que ver con propio desastre, sino una masacre como resultado de las proyecciones. Acá hemos visto asomar esos dos o tres meses, al principio de la pandemia, la cuestión de la comunidad china o algunas acciones, por suerte muy incipientes, como los responsables que traían el virus. Cuando empezaron a llegar desde Europa y Estados Unidos se dejó de estigmatizar. Después apareció toda la lógica conspirativa”.
“Entre los modos en que distintas poblaciones lidian con las crisis, la destrucción y los fenómenos genocidas, fueron muy comunes los procesos de negación y construcciones de modalidades de negacionismo racionalizado. En el caso del nazismo, hay un testimonio de uno de los miembros del Sonderkommando de Auschwitz, que cuenta sobre la llegada del contingente de un pueblo en el que vivió uno de los integrantes del comando. No toleraba la idea de que los iban a asesinar a todos y mientras le cortaban el pelo a una de sus amigas, decide contarle lo que les iba a suceder. La mujer comenzó a informárselo a todo el grupo. Inmediatamente comienzan a violentarse con ella y a pedirle que se calle. Finalmente ella desesperada comienza a gritar y alertar a todos los demás. Terminan asesinándola no sin previamente torturarla hasta que revelara cuál fue el miembro informante. Finalmente lo denuncia y lo arrojan vivo a los crematorios. El testimonio es desgarrador, pero muestra que aun en situaciones de muchísima más evidencia y gravedad que la de una pandemia, nuestros mecanismos de negación pueden llevarnos a negar lo evidente. Hemos sobreestimado el riesgo de pánico y la realidad es que no hemos visto en ningún lugar del mundo escenas de pánico con relación a la pandemia y subestimamos el rol de la negación”, añadió.
“Uno tiende a tratar de adaptarse a la dimensión de lo que está pasando y también es cierto que genera una serie de efectos negativos la anonimización de las víctimas que pasan a ser solo un número. Es problemático pero diría que es muy difícil que ocurra de otra manera. Es un proceso y tiene que ver con la forma en que tratamos de simbolizar lo que pasa. El problema, y me gusta pensarlo como una metáfora futbolística, es que se presentó muy mal la situación desde un principio. Con una lógica muy triunfalista, clásicamente Argentina, de pensar que éramos el ejemplo del mundo, que estábamos manejando la pandemia mejor que Suecia. Creo que hubo una serie de errores que después jugaron muy en contra a la hora de tomar decisiones. Era totalmente irreal pensar que con la estructura sanitaria argentina, los lazos sociales que tenemos y con un Estado destrozado, íbamos a poder ser el ejemplo del mundo. Me parece que hubiese sido más realista plantear la posibilidad de tener un desempeño un poco mejor que el resto de América Latina. Y luego no nos habríamos frustrado tanto al encontrarnos en una situación que era como uno podría esperar, una de las peores del mundo”.