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Maria Rosa Muiños: “Tenemos que combatir los discursos de odio para construir una sociedad más tolerante”

La Defensora del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, María Rosa Muiños, participó el sábado del programa de radio “La defensoria con vos” que se emite por radio La Red y expresó su repudio al intento de magnicidio contra la vicepresidenta: “Esto no es una un hecho violento más, esto es la conclusión de una escalada de violencia, de una legitimación de la violencia como una forma de ejercicio de la política y eso es lo que hay que parar.”

Además, la defensora porteña, manifestó que “Argentina tiene una democracia muy joven y fue cimentada sobre el nunca más, nunca más la muerte, la desaparición, la violencia, la violencia política, la violencia social. Este hecho tiene que ser un llamado de atención.”

Por otro lado, Muiños explicó que desde la Defensoría le hicieron un pedido de informe muy exhaustivo al gobierno de la ciudad “porque lo que nos encontramos son por lo 4 versiones emitidas informalmente de la razón de esas vallas en ese lugar”. La defensora contó que la primera versión fue que era para limpiar la calle. La segunda fue a partir de denuncias de vecinos que se habían visto perjudicados en su negocio minorista por la cantidad de gente y la obturación del acceso. La última versión, es del mismo día de la represión, aclaró Muiños, y es por parte de la Policía de la Ciudad, ya que había una idea de una organización de montar una feria de economía popular, entonces ante ese anuncio habían vallado.

Sobre el final de su alocución, la Defensora del Pueblo, remarcó: “Tenemos que entender que la violencia, en ningún lado pero sobre todo en nuestro país, porque conocemos nuestra historia, siempre termina mal y siempre termina poniendo el cuerpo el que menos tiene: los más pobres, los desplazados, los que no tienen sus necesidades básicas satisfechas, en un montón de formas ya sea, porque esto afecta a la economía del país o porque terminan siendo víctimas directas de los palazos”.

La nota completa:

Balance de intento de magnicidio

Nadie lo puede creer, estamos todavía en shock. Hay algunas noticias auspiciosas, como que en este momento en la Cámara de Diputados de la Nación se esté desarrollando una sesión especial de repudio acerca de este intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación. Un hecho inédito en nuestra historia; los atentados personalistas, excepto hace muchísimo tiempo, no formaban parte de nuestra cronología. La verdad es que es muy preocupante, tenemos una democracia muy joven que fue cimentada sobre el Nunca Más: nunca más la muerte, la desaparición, la violencia política, la violencia social. Este hecho tiene que ser un llamado de atención.

Ayer hubo comunicados de muchas organizaciones que decían “la violencia es el límite”. Esto no es un hecho violento más, sino la conclusión de una escalada de violencia, de una legitimación de la violencia como forma de ejercicio de la política, y eso es lo que hay que frenar. Hace un par de días fue un atentado personal contra la vicepresidenta, pero podría haber sido sobre cualquier otra persona, porque estamos viviendo momentos de muchísima tensión, y esa tensión debe resolverse en el espacio de la democracia y el diálogo, no con este tipo de hechos.

Discursos de odio

Combatir los discursos de odio es una tarea fundamental de los que tenemos responsabilidades políticas. Hace mucho tiempo que lo creo y hay un montón de gente que acompaña este pensamiento, este sentir. Es muy difícil, porque cuando uno habla de combatir un discurso, más allá de que se trate de un discurso de odio, siempre aparecen voces que lo tildan de “censura”. Esto no tiene nada que ver con acallar las voces de los medios de comunicación, sino con no legitimar como una necesidad de la política, o como un espacio de representación de la política, lo que encarna el odio.

Estamos viendo desde hace mucho tiempo una crisis de representación de los partidos políticos con el surgimiento de emergentes que hoy ocupan cargos de representación forjados a partir de los discursos de odio. Los discursos de “ellos o nosotros”, o algunos más light como “esto no se aguanta más”, todos sin propuestas, básicamente sin provenir del sistema de partidos. Son candidatos o candidatas que luego salen a buscar un sello partidario para poder ejercer esa representación.

En principio, me parece que no es correcto darle el lugar de falta de representación a la violencia. A la violencia no hay que buscar representarla, aunque hay muchos que sí lo hacen y, de hecho, hoy la representan, sino que hay que hacer un acuerdo entre los mayores exponentes de los partidos políticos para que ese sector de la sociedad que siente que esto sólo se resuelve de manera violenta o desapareciendo a una parte del país.

Hoy el país está dividido, la famosa “grieta”. No estamos hablando de la desaparición de la vida pública de determinadas personas que encarnan esta violencia, lo que hay es un llamamiento a que una parte del país no exista más, lo que siente esa parte del país, lo que piensa esa parte del país no debería existir. Claramente eso va en contra de nuestro discurso sobre la necesidad de crecer y ser mejores a partir de la diversidad. Y esto se lo hemos escuchado a un montón de fuerzas políticas. Creo que hace falta una fuerte autocrítica, hay una necesidad de mea culpa.

En algunos casos yo puedo entender, de hecho a todos nos pasa, sentir que hay un sector que te apunta, te denigra, te humilla y ofende, porque ofende tus ideas, tus sentimientos, y la reacción natural, más acá o más allá, es “che, le voy a devolver con la misma moneda porque ya no aguanto más”. Esto requiere un ejercicio de reflexión: la violencia, en ningún lado, pero especialmente en nuestro país porque conocemos nuestra historia, siempre termina mal, y siempre termina poniendo el cuerpo el que menos tiene, los más pobres, los desclasados, los que no tienen sus necesidades básicas satisfechas, en un montón de formas, ya sea porque esto afecta la economía del país o porque terminan siendo víctimas directas de los palazos.

No pronunciamiento de algunos dirigentes/as / críticas a CFK o al Presidente por el feriado. Milei / Bulrrich. Cómo acercar posiciones

Hay un montón de diputados y diputadas, senadores y senadoras con quienes entablar un diálogo, y hay que empezar por ellos/as. Hay que priorizar ese diálogo. En el caso de Patricia Bullrich, ella tiene una representación muy importante porque es la presidenta de un partido. Creo firmemente que sus expresiones son a título personal, y el error fundamental, y esto deberían comunicárselo los miembros de su partido, es que a ella se le delegó una representación y tiene que hablar en nombre de esa delegación y no a partir de sus propios pensamientos. Ese es un pedido y un avance que hay que hacer.

El caso de Milei es diferente porque se encuadra más en lo que dije al principio: es un líbero, un suelto, que dice representar ideas liberales. Nosotros no tenemos una tradición de políticos liberales en el país. Entonces es muy difuso saber qué es ser liberal en la Argentina. Él se instaló desde los medios de comunicación, no desde una tradición o una trayectoria política militante dentro del liberalismo argentino, se hizo de un sello, porque había una necesidad de representación, y salió a buscar esos votos. Tenemos un montón de ejemplos en ese sentido. Después, demuestra una falta de consistencia en esto que decía yo: puede ser cualquier cosa ser liberal en la Argentina. De hecho, le han surgido competidores dentro de ese mismo espacio con mayor solidez técnica, como Espert, pero todos han tenido que salir a buscar un sello partidario. Creo que muchos votantes ni siquiera saben cuál es el partido que los representa, y ahí hay como una falla de origen. Entonces quizá yo no le pediría tanto, creo que hay una limitación.

En el caso de Patricia Bullrich, el Pro se ha convertido en los últimos años en un partido importante en la vida de la Argentina; hasta ha puesto un presidente. Ella tiene una responsabilidad institucional mucho mayor porque hace muchísimos años que milita en la política, ha pasado por casi todos los partidos de nuestro sistema y entonces sabe lo que está haciendo. Sabe que hay un sector, porque esto lo han fogoneado desde un montón de lugares, que entiende que la violencia es la forma de resolver los problemas de los argentinos, y busca representar eso. Eso es lo que hay que salir a discutir, a poner sobre la mesa, eso tiene que ser un gran acuerdo partidario. Los partidos políticos no tienen que representar a ese sector, hay que trabajar sobre ese sector para que entendamos que nosotros debemos construir una sociedad que dialogue, que consensúe, que no todo va a ser como uno quiere y no por eso uno tiene que salir a romper todo.

Pena de muerte CFK – Demolición edificio Desarrollo Social

Eso es parte de la construcción del discurso, como la demolición del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación con la excusa de que va a aligerar el tránsito en la ciudad de Buenos Aires, a sabiendas de que eso constituye un símbolo para un partido político que hoy gobierna el país, que ha gobernado desde hace 70 años en diferentes circunstancias, que fue proscripto, que fue perseguido, que fue desaparecido, que fue muerto, y elige decir “vamos a destruir este símbolo porque obtura el tránsito”. Es un gesto violento.

Qué debería hacer el Gobierno porteño con las movilizaciones de gente a la casa de CFK

Claramente hay intereses en conflicto cuando hay manifestaciones en la vía pública. Saquemos la figura de Cristina de este escenario, podría pasar con cualquier otro personaje conocido, tal vez ni siquiera de la política, como algún artista, donde van sus fans y se manifiestan. Es complicado en la Ciudad, porque el gobierno del Pro ha tenido una política muy activa para que todo sea manifestaciones públicas pueda ser intervenido por la Policía de la Ciudad sin necesidad de que, por ejemplo, medie una denuncia por ruidos molestos. Lo hemos visto, ha sido una propuesta de cambio de norma, que por ahí haya una batucada en una esquina y que las fuerzas de seguridad puedan actuar sin que nadie diga “ese ruido a mí me está molestando”. Entonces uno entiende que hay una voluntad del partido de gobierno al que le disgustan este tipo de manifestaciones.

Yo, viendo cómo fue la escalada en todos estos días, tengo una lectura que comparto con ustedes: he visto, después de los sucesos terribles de estos días, videos que se han viralizado de manifestantes que iban a la casa de Cristina a gritar un montón de cosas superviolentas, muy violentas, amenazas, que después han replicado en las redes hacia otras personas. Y el Gobierno de la Ciudad avaló eso de alguna forma al no condenarlo.

La primera intervención en el espacio público alrededor de la casa de Cristina es la Policía de la Ciudad impidiendo que los que estaban a favor de Cristina llegaran hasta la puerta de su casa, pero cuidando a los que estaban enojados con Cristina, insultando a Cristina. Repito, muchos hoy que se están viralizando, videos, que han tenido la misma conducta contra muchas personas. Lo que vos hacés desde el Estado al no condenarlo es legitimarlo. Creo que ese fue el primer hecho en el que los que quieren a Cristina se sintieron violentados. Se supone que van a apoyar a una persona y la Policía de la Ciudad obtura ese apoyo y legitima la manifestación de violentos. En ese momento, lo que la Policía de la Ciudad debería haber hecho es un acuerdo con los manifestantes de ambos bandos para liberar la calle, que toda esa cuadra pudiera dormir y vivir en paz, incluso Cristina. Porque no olvidemos que ella también vive ahí y también quiere dormir.

Todo escaló con la puesta de las vallas. Nosotros le hicimos un pedido de informe muy exhaustivo (al GCBA), porque nos encontramos al menos cuatro versiones emitidas informalmente desde el Gobierno de la Ciudad acerca de la razón de esas vallas en ese lugar. La primera fue que era para limpiar la calle. Nunca vi en la Ciudad de Buenos Aires que se vallara un espacio para limpiarlo. La segunda versión fue a partir de denuncias de vecinos, creo que esto salió en el diario La Nación, los cuales decían que se habían visto perjudicados en sus negocios minoristas, que están en esa cuadra, porque como había mucha gente y les ocupaban la vereda, les obturaban el acceso, etc. Más contradictorio todavía: vos querés liberar la zona porque están siendo perjudicados en su economía, entonces vallaste cuatro cuadras. No pasa nadie y no te compra nadie. La última versión la tenemos el mismo día de la represión, y esa versión sí sale de la Policía de la Ciudad: dice que esas vallas se pusieron porque había alguna idea o anuncio de alguna fuerza acerca de instalar en esa cuadra una feria de economía popular. Entonces, ante ese anuncio habían vallado.

Claramente fue un error la colocación de las vallas y fue un error posterior todo. Con esto no estoy justificando los hechos de violencia de haber tirado las vallas. Creo que es una escalada, a una acción le corresponde una reacción. Llega un momento en que te sentís ofendido, humillado, perseguido, y la violencia termina siendo tu último recurso. Ante ese hecho, la violencia legitimada del Estado es mucho más grave.

Proliferación de escraches

Siempre me preocupó el tema de los escraches, es como negar el principio de inocencia. Creo que en algún momento se hizo necesario para que los juicios de lesa humanidad se activaran, pero me parece que las herramientas de la política son eficientes en un momento y que no son aplicables a cualquier cosa y a cualquier situación en cualquier momento. La verdad es que estoy muy en contra de los escraches sobre cualquier persona. Hay toda una construcción de discurso de odio sobre esa imagen después, y es lo que nosotros tenemos que bajar, tenemos que señalar.

Tenemos que señalar al odiador y tenemos que señalar al que usa ese discurso, al que construye ese discurso solamente porque tiene algún interés particular, porque tiene la idea de que es “ellos o nosotros”. No, nunca es “ellos o nosotros”, todos somos nosotros. Tenemos que construir una sociedad que sea más tolerante.

Es muy difícil, porque requiere voluntad política y hablar el mismo lenguaje, aunque todos hablemos castellano, que todos sepamos qué estamos diciendo cuando nos sentamos, y que tenemos la voluntad de construir esto en paz y armonía. Y no permitir que ese ruido ingrese.

Es complicado, porque hoy hay un gran negocio sobre la grieta y el odio. No solo hay representantes políticos de eso, también hay medios de comunicación que viven de eso. A mí me hace acordar a mucho a Moria cuando decía “se cuelgan de mis tetas”. Hay mucha gente que se cuelga de este odio y que hace negocios con este odio a sabiendas, sabe lo que hace, sabe cuáles pueden ser las consecuencias. Creo igual que después de lo que le pasó a Cristina hay como una línea divisoria, y eso es lo más grave que podía pasar en esta construcción, están avisados.