Dolor por el fallecimiento del músico y gestor cultural Rodolfo García
Profunda tristeza. El baterista de Almendra y Aquelarre, entre otras bandas, murió inesperadamente a los 74 años tras haber sufrido un ACV en su casa de Villa Ortúzar, donde vivía desde 1980.
Por Fernando Belvedere
“Vine a vivir a Villa Ortúzar por casualidad. Estaba buscando comprar un departamento de dos ambientes y fui a consultar a una inmobiliaria de Colegiales que no tenían en venta lo que yo buscaba, pero me ofrecieron una casa que no estaba en las mejores condiciones pero parecía una buena oportunidad. Al principio no estaba muy convencido, pero finalmente me decidí a comprarla y de a poco me le fui haciendo arreglos. Villa Ortúzar no era un barrio que frecuentaba y estoy feliz de haber tomado la decisión de vivir acá porque es un barrio tranquilo, con buenos vecinos, con silencios que lo asemeja al ritmo de vida de un pueblo chico”.
Estas palabras fueran citadas por Rodolfo García a ParqueChasWeb en el mes de febrero de este año antes del recital de Jaguar, la banda que integraba en la actualidad junto a los músicos Lito Epumer, Daniel Ferrón y Julián Gancberg. Hace tres meses estaban presentado su primer disco con temas propios: “nuestra propuesta musical —obedece a los cánones del rock nacional, que tiene más de 50 años— más los aportes que realizamos cada uno de los integrantes de la banda que venimos de distintas vertientes, y ahí radica lo interesante, señalaba García que vivía en el barrio de Villa Ortúzar desde 1980.
Rodolfo García, que también era Gestor cultural, manifestó a nuestro medio que su último trabajo en esta área fue en 2014: “Fui designado Director Nacional de Artes por Teresa Parodi que estaba al frente del Ministerio de Cultura de la Nación. Fue una gestión corta, duró un año y medio, pero me sirvió como experiencia y fue algo muy valioso. Desde que dejé ese cargo no volví la gestión cultural y lo extraño porque es algo que me gusta mucho y que hice durante 25 años, así que por ahora solo estoy haciendo música.”
En 2013, había sido declarado “Personalidad destacada de la Cultura” por la Legislatura porteña.
Antes de recibir esa distinción, Rodolfo García señaló también a nuestro medio: “Estoy cumpliendo 50 años con la música y si bien nunca hice nada con el fin de ganar premios, puedo aceptarlo y tomarlo como una especie de palmada en el hombro, como un simple reconocimiento por el aporte que uno haya podido hacer a la cultura a lo largo de tantos años”.
Sobre la década del 60 y como protagonista de los inicios de lo que más tarde pasó a denominarse “Rock Nacional”, García nos dijo en aquel 2013: “Sabíamos que estábamos creando una música diferente en muchos sentidos, pero creo que no teníamos suficiente conciencia de que aquella movida pudiera adquirir tal magnitud y se pudiera extender en el tiempo como finalmente ocurrió”.
El año que viene, se van a cumplir 40 años del Festival de la Solidaridad Latinoamericana que se desarrolló el 16 de mayo de 1982, en plena guerra de Malvinas. Cerca de 60 mil personas, en su mayoría jóvenes, fueron testigos del recital que reunió a los principales referentes del rock nacional para pedir por la paz y recolectar alimentos y abrigo para los soldados argentinos que participaron del conflicto. El recital fue transmitido por televisión, algo insólito para una música que no sonaba habitualmente en los medios masivos.
Sobre este hecho, Rodolfo García recordó en una nota de 2012 publicada por ParqueChasWeb: “Al Festival nos convocó Daniel Grinbank para participar en apoyo a los combatientes de Malvinas y juntar cosas para enviar a las Islas. Yo actué con Tantor, el grupo del cual era integrante en ese momento. Daniel, era el productor de las principales figuras del rock nacional y tenía experiencia en organizar recitales masivos, así que interpreto que las autoridades recurrieron a él, por ese motivo. Me acuerdo que entre el público estuvieron los hijos de los diplomáticos de los países sudamericanos que nos brindaron su apoyo. Desde ese sentido que se le dio al evento, para mí fue importante y no me arrepiento de haber participado. Hoy es muy fácil juzgar con el diario del lunes, sabiendo todo lo que pasó después con esa guerra. Las bandas que se negaron a participar habrán tenido sus motivos valederos, como quienes decidimos estar ese día. El recital se desarrolló todo el tiempo bajo una consigna bien pacifista, cantando “Algo de paz” y “Sólo le pido a dios” y en ningún momento ninguno de los músicos hizo alguna mención en apoyo a la guerra ni a favor del gobierno de facto. Recuerdo que después de Obras, con Tantor tocamos en el cuartel de los bomberos voluntarios de San Isidro, por la misma causa.”
En junio de 2012, Rodo García junto a su gran amigo Litto Nebbia ofrecieron una charla en el Club SABER cuyo tema fue “Rock y Dictadura”, que contó con la participación de muchos vecinos. También los músicos fueron declarados visitantes ilustres por la Junta de Estudios Históricos de Parque Chas.
Rodolfo García exhibiendo la declaración de visitante ilustre de Parque Chas. Año 2012 (Club SABER) foto: parquechasweb
Rodolfo García junto a Litto Nebbia durante la charla “Rock y dictadura”. Año 2012 (Club SABER) foto: parquechasweb
Trayectoria
Rodolfo García nació en la Ciudad de Buenos Aires el 23 de febrero de 1946. Vecino de Belgrano, cursó la secundaria en un colegio industrial de Floresta y a los 17 años comenzó a trabajar en un taller mecánico. En esa época lo conoció a Luis Alberto Spinetta, un encuentro que luego sería clave para la historia del rock nacional.
De chico escuchaba mucha música y acompañaba a su padre a Centros Gallegos donde tocaba el acordeón. Al padre le encantaba tocar folklore gallego, aunque no fue músico profesional, y se dedicaba a otras labores además. Sus padres eran de un pueblo de Galicia, Laxe, en la costa de la Muerte, en la Coruña.
García tuvo un gran compromiso con la cultura argentina como difusor y promotor pero también al frente de la Dirección Nacional de Artes del Ministerio de Cultura, cargo que ocupó en 2014 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
García lideraba la banda Los Larkins y en 1965, lo invita a sumarse Spinetta, quien al mismo tiempo también se integra a Los Sbirros, de la que participan, entre otros, el guitarrista Edelmiro Molinari y el bajista Emilio del Guercio.
“De Los Larkins a mí me interesaba Rodolfo (García), era el que escuchaba más música y estaba más al tanto de todo. Inclusive era el que llevaba la batuta musicalmente”, contó Spinetta en 1984 para el programa de Alberto Badía en Radio Rivadavia.
Spinetta logra fusionar ambas bandas, pero en 1967 a García lo convocaron al servicio militar. En junio, le dieron unos días de licencia: ese fue el primer ensayo del grupo que todavía no tenía un nombre estable. Cuando García terminó la colimba, se sumó al grupo y nació Almendra, considerada fundacional del rock argentino junto a Manal, Los Gatos y Los Beatniks.
Más tarde, García fue baterista de Aquelarre, otra gran banda histórica en el género. Allí, exploró otras facetas musicales, con un estilo más de blues, algo de la experimentación del jazz y otras letras. A pesar de no ser cantante solista, las dos canciones que García cantó para Almendra (Campos verdes, en 1969) y Aquelarre (Silencio Marginal, en 1973) fueron éxitos en la historia de los grupos.
A fin de 1989, armó La Barraca, en la que tocaban canciones propias y temas de autores desconocidos. En 1991 editaron un álbum, pero dos años después se separaron.
El baterista tuvo también una intensa labor en medios de comunicación. Lo último que realizó fue en el programa Mundo disperso, que compartió con Pedro Saborido y Daniel Miguez, primero en la AM 750 y luego en Radio Nacional.
Bandas que integró: Almendra 1968 a 1970, Nebbia’s Band en 1971, Aquelarre 1972 a 1977, Tantor, 1978 a 1983, Almendra 1979 a 1981, La Barraca 1989 a 1993, Los Amigo, PosPorteños (trío) y en la actualidad Jaguar, banda que combina con virtuosismo el jazz y el rock.
También fue director ejecutivo de la revista El Expreso Imaginario.
Desde ParqueChasWeb abrazamos a familiares y amigos de nuestro querido “Rodo”, en este difícil momento.
“Rodo querido, te fuiste. Queda tu música, tu arte, tu Don de gente. Gracias por todo. Gracias por permitirme hacer fotos tantas veces. Por dejarme estar en el camarín de Jaguar. Por esa charla aún sin ser amigo pero sabiendo que era por admiración. Esta es una de las últimas tomas que te hice. Siempre sonriente. Parafraseando la canción, ” Los palillos siguen entre tus manos “. Te vamos a extrañar…” (Daniel Cosentino)
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