¿El nuevo humano está despertando?
Este mes de febrero llegó con un nuevo año chino, un San Valentín, unas vacaciones diferentes a lo que estábamos acostumbrados. Muchas charlas con barbijo y sin él, pero todas compartiendo como llevamos este momento que todos vivimos desde que el bicho apareció produciendo tanto sufrimiento en las familias del mundo, alterando todo en nuestras vidas. Cada uno experimentó diferentes situaciones pero todos llegamos a la conclusión que es necesario utilizar nuestra inteligencia emocional, gestionando con determinación cada circunstancia.
Este editorial tal vez para algunos sonará idealista, pero también es la oportunidad que tengo de compartir una de las realidades que pude percibir entre la familia, amigos, conocidos y no tanto. Empezamos el mes con mucha reflexión, tantas preguntas que nos hacemos en este nuevo tiempo, donde tratamos de entender que esta situación que atraviesa nuestro planeta y la humanidad nos llevó a detenernos en múltiples aspectos. Tal vez algunos nos preguntamos: ¿Qué tenemos que aprender en este momento? ¿Cuál es nuestra tarea? ¿Cómo humanidad estamos preparados para los nuevos desafíos que vienen? ¿En qué lugar quiero estar, en del pesimista que ve todo desde un lente nefasto u observándome y entender que como sociedad necesitamos sacudir nuestras creencias y ser parte del cambio desde una actitud diligente?
Tengo fé que de esta perturbadora inestabilidad, todos vamos a crecer, reconstruyendo un nuevo humano, activando la capacidad solidaria de sentir y hacer por los más cercanos como así también por los desconocidos. Ahora más que nunca entendí la frase que dice “Vive en el aquí y el ahora” entiendo que esta pandemia mundial nos dejó apoyando la cabeza en el suelo y los pies mirando al cielo, pero es tiempo de cambiar la posición, tomar coraje y agarrar todas las herramientas que nos dieron las experiencias. Y si es corta la edad que tenés, es un momento clave para acercarnos a la familia, desde la escucha. Se aprende mucho de escuchar aquellas personas con más experiencia de vida, hoy los héroes de las familias son nuestros abuelos y bisabuelos, si alguno tiene esa bendición, seguramente sus palabras estarán llenas de sabiduría, amor y mucha fortaleza. Y si no los tenemos activemos la escucha de los sabios mayores que la vida nos acerca.
Cada momento difícil tiene su razón y hay una oportunidad camuflada para ayudarnos a cultivar las virtudes que naturalmente todos tenemos. Lo que estamos viviendo podemos transformarlo unidos a ese otro, me viene a la memoria la conocida frase “La unión hace la fuerza”, ¡cuánta verdad que solo se vuelve imprescindible en momentos de calamidad!
Empecemos desde el cuidar nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestras acciones, acercarnos a otras almas desde el amor fraterno, sin juicios, abrirnos a la vida para empezar a vibrar en sintonía con todos. Siempre imagino que si todos pudiéramos unirnos desde ese amor que vive en nuestro corazón, este bellísimo planeta dejaría de tener fronteras que nos separan, dejaría de existir todo lo que envenena el alma: la ignorancia, la codicia, el rencor, los abusos de toda índole… Estaríamos más conectados para crecer como una gran familia, entendiendo que el amor es la fuerza más sanadora y milagrosa que existe. ¡Es tiempo de despertarnos y manifestar la esencia humana!
Gabriela Navarro
gabrieladelmilagro1@gmail.com