Organizaciones ambientales, en alerta por el pedido de deportistas amateurs de remover árboles en Palermo
Organizaciones ambientales de la Ciudad de Buenos Aires se mantienen en alerta desde hace algunos días, cuando una nota periodística adelantó la intención de un grupo de deportistas amateurs de remover una serie de árboles en uno de los parques de Palermo. La idea se argumenta en que los ejemplares arbóreos perjudican la tarea deportiva, y por ello, desean que el Gobierno de la Ciudad los cambie de lugar.
Se trata de jugadores de softbol, la mayoría de ellos inmigrantes venezolanos, quienes se congregan cada domingo a practicar este deporte en el espacio verde situado en Libertador y Sarmiento, en un extremo del Parque Tres de Febrero. En un artículo presentado el domingo pasado por Clarín, uno de los integrantes de ese grupo relató su intención de reacondicionar el parque para poder entrenar con mayor comodidad.
El softbol, muy popular en Norte y Centroamérica, tiene dentro de sus reglas el bateo, con el que la bola se eleva por el aire varios metros. La presencia cercana de los árboles impide la práctica cómoda de ese deporte, ya que no deja que el elemento se desplace con total libertad. Por esa razón, estos deportistas amateur, que han conformado un equipo llamado “La Emilia”, el cual disputó competencias metropolitanas recientemente, dieron cuenta de su deseo de mover algunos de los ejemplares localizados en el parque. También propusieron que se coloque un alambrado para evitar que la bola se vaya muy lejos.
En diálogo con este periódico, uno de los miembros de este grupo, Raynier Bracho, confirmó que tienen intención de plantear esta cuestión al Gobierno de la Ciudad. “Aún no hemos hablado con nadie, pero tenemos prometida una reunión con la Subsecretaría de Deportes”, dijo. No obstante, destacó que su deseo es que se muevan de lugar los árboles y no se talen. “No queremos perjudicar a nadie. Buscamos que se saque y se coloquen en otro lado únicamente pocos ejemplares que dificultan el juego”, agregó el joven venezolano.
Consultadas sobre esta iniciativa, las organizaciones ambientales adelantaron su rechazo y expresaron su visión al respecto. “No podemos creer que alguien considere tener el derecho de quitar árboles porque le molestan para su juego. Se estaría desconociendo que el árbol es un bien común. El individuo no puede poner sus intereses de grupo por encima de ello”, cuestionó María Angélica Di Giacomo, fundadora del grupo ciudadano “Basta de Mutilar Nuestros Árboles”.
La especialista agregó, en el mismo sentido, que “el árbol es un ser vivo, que le llevó decenas de años crecer, adaptarse al lugar y las condiciones, a la tierra, y esto no se puede destruir así como así”. “Los beneficios del arbolado son innumerables, y es algo que debería tratarse incluso dentro de la salud pública”, continuó.
Pese a la aclaración del grupo de deportistas de que no se busca una tala sino un traslado, Di Giacomo mantuvo su visión crítica al proyecto. “Te pueden decir: “lo podemos poner en otro lado”, pero se estaría destruyendo paisaje. Los árboles sufren mucho en los trasplantes y no es nada sencillo que puedan prosperar en otro lugar. Aunque hubiera una plantación como contraprestación, en términos ambientales y de cobijo de fauna no es lo mismo un árbol añoso que una decena de arbolitos pequeños”, prosiguió desde “Basta de Mutilar Nuestros Árboles”.
Desde la Subsecretaría de Deportes, ante la consulta de este periódico, aseguraron que no estaban al tanto del asunto. En el Parque Sarmiento, polideportivo dependiente de esta área, existe una cancha de softbol. Allí se brindó, incluso, una escuelita de este deporte, promocionada por las autoridades de Deportes y la Asociación de Softbol de Buenos Aires.
A su vez, en el Gran Buenos Aires hay municipios como La Matanza y Morón que tienen también sus propias canchas. La Argentina, en tanto, vive un auge de este deporte: en 2019 se coronó campeona del mundo, y este año será sede de la primera Copa Mundial de Softbol Masculino Sub-23.